Act. XXVII. The dirty side

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Tom no sabe cómo lidiar con la excitación que siente.

Con lo excitado que está cada vez que tiene a Harriet demasiado cerca. Cómo si ella despierta algo sucio y desesperado dentro suyo. Lo ha escuchado ya demasiado. No solo en sus pensamientos, también entre los estudiantes varones de Slytherin.

"¿Viste a Potter? Mierda. Primero entran sus senos y luego ella."

"Si tuviera el pelo largo sería mucho más bonita. Sería ideal."

"Incluso sin pelo largo y falda se nota todo. Ya ni siquiera parece niña."

"Tal vez Creevey tenga una foto de ella desde abajo. Me acompañaría bien."

"Con ese cuerpo de puta ¿Diría que si a acostarse conmigo?"

"Joder con lo genial que sería tenerla aquí."

También viene de Gryffindor.

"¿La viste? Te dije que valía la pena levantarse temprano. Sus senos son gigantes."

"Parece una actriz porno sentada en el sofá. Esperando que le metan un pene en la boca."

"Saltaron más que cualquier pelota. Hay que intentar que se caiga."

En Ravenclaw.

"El intelecto se le fue al pecho."

"Debe ser un hechizo. Se desarrolló muy pronto... pero... quiero meter la cara ahí."

"Si le ofrezco ayuda, quizá pueda conseguir tocarla al menos."

Hasta en Hufflepuff.

"¡Se ve más bonita cada vez! ¡Y más sexy!"

"Le dije dónde estaba su amigo Weasley y la pude ver en pijama. Quería meter las manos ahí dentro."

"No sé si quiero apretar sus senos o su culo. Cualquiera de las dos me hará feliz"

Es impresionante lo que un par de años lograron hacer. Harriet se desarrolla y tornea tan rápido que su usual estilo tomboy pasa desapercibido. Todos se fijan en sus senos, en sus glúteos; se fijan en sus labios más rojos y delgados, pero suaves; se fijan en los ojos grandes y verdes con pestañas espesas; la mandíbula ahora definida acompañando delgadas mejillas; el contraste entre su pálida piel y su oscuro cabello.

Son rasgos en los que Tom también se ha fijado. Que le atraen ¿Para qué mentir? Pero no deja de pensar que todos pasan por alto precisamente lo que a él le gusta: Harriet en sí. Su terquedad, sus cara, la sonrisa confiada, su orgullo, pero control de la soberbia. La magia vibrante y brillante que la envuelve en un continuo abrazo y la protege de cualquier mal. Hay tanto que admirar en Harriet de tantas formas.

Carnal.

Espiritual.

Mental.

Es sencillamente espectacular. Y Tom tiene todo ello. A veces lo espiritual, a veces lo mental y ahora mismo, lo carnal.

[Censor]

A veces simplemente importa lo carnal...

No sé hablan.

No piensan.

Quieren unirse y eso está bien.

Porque lo único dicho, el único resquicio de raciocinio, es decir el nombre del otro.

Agregando una cosa cosa—: te amo.

Tom sonríe ladino, cerrando un ojo y recibiendo los besos en el rostro.

—También te amo Harriet.

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No ha dejado de ver la falda de Harriet. Es larga, pero aún con ello puede ver sus piernas. Todos hablan de eso. Todos están pendientes de eso. Las antes deformes piernas ahora torneadas y de carne abundante por el efecto de las medias ajustadas. Es difícil no verla.

Romeo, Juliet & Cinderella | TomrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora