Act. XXXIII. Exposed

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Sirius bosteza y camina por la carpa, moviendo la cola de un lado a otro. Harriet jamás se levanta antes de las ocho de la mañana, por lo que es terreno seguro ir a dormir ahí. Ama a James con toda su alma, pero su espíritu mañanero no entra en ese paquete.

Aparta la tela y salta a la cama. Ha hecho lo mismo por doce años, los que tardo Harriet en tener una cama para sí misma y que fuese lo suficientemente grande. Su chillido perruno bien pudo escucharse en todos lados de lo agudo que fue. Aunque su espanto no es mayor al de las dos personas en la cama.

Harriet se cubre la boca y resuella, apartando la mano y exponiendo el labio roto. Tom sobándose la cabeza por golpearse con la pared. Mira de mala gana a Sirius y llama a Nagini— ¡Nono! ¡ES SIRIUS! ¡ES SIRIUS! — Tom deforma más su expresión ¿Es en serio? Sirius baja de la cama y cambia de forma, cruzando los brazos.

—Y yo queriendo dormir cinco minutos más... Parece que eso lo descartaron aquí. —Harriet mira a otro lado, avergonzada. Tiene su camisa de pijama puesta, no así el pantalón y Tom tiene el bóxer sospechosamente expuesto para cualquiera—. ¿Y bien?

—Pues... ¿Cosas pasan?

—Voy por James

—NONONO-

. . .

— Es que simplemente no puedo...

James se frota las sienes. Tener esta charla en privado con tanta gente acompañando es un lío, apena pudieron conseguir un espacio vacío para estar los implicados: Lily, Sirius, Remus, James, Harriet y Tom. Harriet no sabe en dónde meterse, como si su ropa gigante no es suficiente para cubrir su vergüenza y Tom no puede lucir más irritado, aunque serio y casi indiferente. Por no mencionar que el ambiente no ayuda a ser tranquilos. Hay mucho escándalo afuera.

— Sean honestos, los dos—Exige James—. Ya han tenido sexo.

—Sí. —responde Tom casi al instante y Harriet solo mueve la cabeza.

—Y por esto, esos ligues infantiles son fenomenales. Te dije que era buena idea ponérselo. —afirma Sirius, balanceándose en su silla. Quiere tomárselo con un poco más de calma que James. Funcionar como abogado del diablo. Lily exhala cruzada de brazos.

— ¿Hace cuánto?

—Unos meses. —responde Tom. Harriet tienta una fecha cerca del fin de año de Hogwarts.

No vale la pena mentir, pero al mismo tiempo, hay que saber que verdad exponer completa. En lo que ha ellos respecta, hace poco volvieron a hacer cosas. Lo cual cuenta como respuesta válida a la pregunta, sin exponer que lo hacen desde que Harriet tiene doce. Eso sí causaría problemas. James chasquea la lengua.

—No tienes cinco años y sabes perfectamente de este tema, también que no es algo que deberías estar haciendo—apunta James y Harriet se muerde los labios—. Por no mencionar que hace casi dos años tienes novio y no nos dijiste nada.

—Porque sabía que te ibas a enojar.

—Esa no es excusa para no decírmelo. —insiste James. Esto aún lo tiene dolido. Indiferente a lo que sea, Harriet debió decirlo. Al menos esa es su perspectiva, pues su hija le tiene confianza y ¿Cómo se supone que la ayude si no sabe que pasa en su vida? Harriet por su parte, tiene una forma más exacta de verlo.

— Me ibas a decir que no tuviera novio aún y como él te cae mal, no lo ibas a dejar venir o ir a casa en mí cumpleaños—explica y Lily balancea la cabeza. Si, indudablemente James habría vetado a Tom de todo sitio posible—. También crees que no puede ser bueno porque tiene magia negra y le habla a las serpientes. Ni siquiera como mi amigo, te caía bien. Te decía que es mi novio y ¡Explotabas la casa! —justifica Harriet.

Romeo, Juliet & Cinderella | TomrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora