Hacer ejercicio por la mañana y por la tarde es una rutina que no cuesta mucho iniciar. Harriet está determinada a conseguir al menos un mínimo cambio en su cuerpo. Pues este no quiere colaborar como debería. Se ha vuelto costumbre hacer rutinas con sus padres. James por la mañana, Lily por la tarde. A veces a ambas horas con ambos o totalmente sola cuando trabajan.
La carne de sus muslos -no mucha-, se siente más firme y hay una ligerísima muestra en su retaguardia. O quizá solo lo ve ella. No es un problema. Todo lo contrario, solo le da ánimos a continuar con ello para seguir haciéndolo. Hay la posibilidad de que tenga un buen cuerpo después.
Al menos eso le dijo James y Harriet quiere creer en ello.
Al iniciar la segunda semana de vacaciones, haciendo su tarea de pociones sin casi problemas, piensa en Tom. No puede evitarlo. Es gracias a él que entiende lo que hay en este interminable pergamino. Se nota que Snape no tiene nada mejor que hacer con su vida. Llega a dudar que él lea todo esto. O quizá si lo haga para resaltar hasta el último error.
Por ello piensa en pedirle a su mamá que lo corrija después. Escribió primero en papel, luego en el pergamino y así, ella le dirá qué está bien, qué está mal, todo listo y genial. Sin posibilidad de que Snape lo arruine como siempre. En este proceso, decide enviar su primera carta a Tom:
"Estoy haciendo la tarea de verano (que parece no acabar nunca ¡Que fastidio!) y me di cuenta de que no está tan difícil porque me explicaste hasta de qué metal ancestral se suelen hacer los calderos de peltre. Impresionante. Cinco estrellas como profesor aun cuando no tienes mucha paciencia con tu única estudiante.
¿Has pensado en que vas a ser cuando te gradúes? ¿O solo piensas ser un noble amargado apenas tengamos en las manos que sí eres heredero de Salazar? Te sentaría bien. una versión menos odiosa de Lucius Malfoy."
"Por cierto, no les he dicho a mis padres eres huérfago. No sabía si eso te iba a incomodar ¿Te molesta si les digo? Así no será tan raro si te digo para salir a algún lado."
Dobla la carta, abre la jaula de Hedwig y su energética lechuza se marcha. Se lanza a la cama y escucha música en los auriculares que Sirius le compró en Estados Unidos. Es la ventaja de tener a un pariente que viaja tanto.
Siempre tendrá lo más curioso al alcance.
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Ordena toda la tarea de verano que el dejaron. Fue mucha, pero tan sencilla que pudo hacerla en un parpadeo. Tampoco es que tenga mucho que hacer. Solo estudiar para otra prueba de coeficiente intelectual, un concurso de deletreo y otras cosas que, a la larga, solo ayudan al orfanato. Han recibido cuarenta niños en el plazo de dos semanas que tiene aquí. La comida es menor, el silencio también, el espacio a duras penas se mantiene.
Odia estar en este lugar.
Lo sorprende la llegada de Hedwig. Acaricia al animal, recibiendo un par de suaves mordiscos de ella y toma la carta. No evita bufar una risa, divertido de lo que Harriet escribió. No tiene nada mejor que hacer más allá de ver el techo y releer algún libro, sus apuntes, lo que sí pudo traspasar de los libros de Hogwarts.
"Tuve paciencia suficiente para ayudarte, lo cual es mucho. No ayudo a nadie de Slytherin. Son una pandilla de inútiles con buenos apellidos. Es insoportable que gente así, se crea superior a mí. Ninguno de ellos saca una E en la mitad de sus clases."
"En fin, es gratificante saber que mi tiempo invertido funcionó. Quiere decir que debajo de ese cabello, hay cerebro. Más de lo que puedo decir de todos en tu casa (exceptuando a Hermione, aun no me explico por qué no está en Ravenclaw). Sobre lo que seré, no lo tengo pensado, pero muy probablemente me iré por la política. Es algo que me llama la atención. Podría cambiar cosas. Muchas cosas. No sé si decir que seré como Lucius Malfoy. No lo conozco. Solo de nombre y por verlo a lo lejos de vez en cuando."
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Romeo, Juliet & Cinderella | Tomrry
Fiksi Penggemar"Somos opuestos, pero somos uno mismo... Nadie podría ser para mi y nadie puede ser para ti. Solo nos tenemos uno al otro. Todos pueden odiarlo y no podrán cambiarlo. Eres mía. Y me desespera a tal punto, que te mataría para evitar verte con alguien...
