Act. XLIII. "What you desire"

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Perseguir a Grindelwald hasta Qatar ha sido de las cosas más extrañas hasta el momento. Se nota que el hombre salta por el globo terráqueo como si fuese cruzar una calle. Molestando a cada mundo mágico a su alcance.

Muy pocos son activamente seguidores de sus ideales. Por no mencionar que son naciones relativamente débiles. Es el único consuelo que tienen James y Sirius. El segundo, metido en Qatar con la esperanza de acabar con el problema. Hacer que quedé como una lejana e inútil memoria en la mente de las personas.

Es la única razón por la que aceptó esta misión aun cuando nadie se lo pidió.

Desde que recibió la información de la reunión de Grindelwald con sus seguidores, supo que había una fuerte probabilidad de que fuese una trampa o que hubiera un error en la información. Cualquiera de las dos opciones le va a provocar un ataque histérico y fastidiado. Quiere estar en casa para navidad. Le prometió a Harriet que estaría ahí. También que la ayudaría con el regalo de cumpleaños de Tom. Es muy importante. Además, quiere escuchar como fue el baile.

Lo más seguro es que genial.

Tiene envidia de Remus, le gustaría estar ahí y bailar con su ahijada, verla disfrutando el tiempo con sus amigos y su novio.

Llega a dónde sucederá la reunión. Por desgracia, sí es lo que esperaba, más no una trampa. Queda metido en el enorme espacio lleno de personas, puede irse sí quiere, pero estando sin refuerzos y teniendo la primera oportunidad de entender a Grindelwald ¿Por qué no?

Además, quizá sea la mejor oportunidad: lo persigue a dónde sea que se esté quedando y lo mata ahí. No cree que haya mayor problema.

O intentar llevarlo a un lugar donde lo puedan encarcelar. Tratará de matarlo. Ni siquiera se esfuerza en esconderlo.

—La magia... es lo más maravilloso que ha surgido en nuestro mundo—dice Grindelwald, parado en medio de ese enorme escenario hasta abajo de las gradas. Similar a un coliseo y él, quien entretiene la masa reunida. Sirius se estira en su sitio, apoyando el brazo en el espaldar—. Un suceso extraordinario que no tiene explicación más que la magia misma—redunda con una sonrisa ladina—. No todos la tienen. Solo algunos son afortunados. Dos magos juntos no certifican poder, existen los Squibs; dos muggles juntos no aseguran otro muggle, existen los muggleborn—Da algunos sencillos y casuales pasos, con la manos tras la espalda—. Lo único cierto, es que quienes la poseen, quienes estamos aquí: somos especiales... somos superiores.

Su voz resulta hipnótica y su forma de hablar incluso más atractiva. Sirius da un leve suspiro. Parece gente perdida y con ansias de tener algo en el mundo... esto suena fenomenal. Alguien que de repente te apunte y te diga eso que quieres oír: no eres tan solo un punto más en la creación. Eres distinto, eres extraordinario...

Eres especial.

—Por lo que entenderán que siendo así, es extraño cómo ¡Nos escondemos! —repone Grindelwald hacia la gente—. Somos nosotros quienes debemos recluirnos en rincones, en escondites, cuidar hasta el último detalle para que los Muggles no se den cuenta, pero ¿Por qué?

Le da la palabra a alguien que levanta la mano—: ellos podrían acabar con el mundo mágico.

—Sí, es cierto—Acepta Grindelwald—, pero ¿Por qué debemos darles la oportunidad? —Sirius entrecierra los ojos—. Mejor dicho ¿Por qué los permitimos seguir siendo una amenaza para nosotros? —inquiere hacia el resto—. Son peligro, pero... no son superiores —Señala con gesto creído—. Son un animal salvaje que destruye todo a su paso. Los océanos, los cielos, los bosques; acaban con los animales, con la vegetación, con ellos mismos—enfatiza Grindelwald deteniéndose en el centro del escenario—. Siendo así ¿Por qué seguimos debajo de ellos? ¿Por qué nos escondemos?

Romeo, Juliet & Cinderella | TomrryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora