Cap32 / Mirarme.

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Viernes 31 de Agosto del 2018 / 23 años (118/365 días de casadas)
Cuenta _____ Walsh.

Después de la estupida resaca que había tenido y de que Adam me contara todo lo qué pasó esa noche me di por tarea no volver a ver a Kendall con ojos de amor, éramos amigas aunque aún había momentos que no eran de muy amigas y también había visto a la psicóloga que veía cuando era adolescente, ella me había ayudado en la última semana a enfrentar ciertas cosas a las que le tenía miedo y me había dicho algo que me hizo detener un poco del cariño que le estaba teniendo a la modelo.

—¿Puedo invitar a Devin?— pregunto bajando las escaleras mientras me miraba fijamente, mis mejores amigo me habían invitado nuevamente a la granja donde había pasado mi accidente, esta vez acepté, pero se me habían ido las ganas de volver a subirme a un caballo.

—Si, está bien— dije dándome la vuelta para no mirarla, aunque por dentro me sentía demasiado extraña, solté un suspiro y fui para afuera de la casa, ahí estaba Rodolfo esperando por nosotras.

—Hola, señorita Walsh— saludo con una sonrisa, yo le sonreí y fui hasta él.

—¿Cómo estuvieron tus vacaciones?— pregunté mientras llegaba a darle un abrazo, él correspondió rápidamente.

—Divertidas, los niños estaban muy emocionados— dijo sin dejar de sonreír, me separé de él y observe cómo sus ojos brillaban quizás recordando a sus hijos.

—Me alegro por ti... aunque admitiré que ya te extrañaba— le confesé y él solo miró hacia abajo, él se había venido para Los Ángeles cuando yo decidí expandirme con los hoteles, agradecía que viniera dejando todo atrás.

—La próxima vez se irá unos días con nosotros, ya sabe que los niños la quieren mucho— dijo sin dejar de sonreír, tenía una linda familia, eran todo lo que algún día planeamos Dua y yo.

—¿Ya nos vamos?— pregunto Kendall a mis espaldas, me giré a verla y estaba con una maleta, su mirada se encontró con la mía aun cuando ella traía lentes.

—Claro, señorita Kendall— dijo Rodolfo, yo me acerqué a ella sin dejar de mirarla a los ojos que se veían un poco ya que el sol le deba en la cara, al quedar cercas tomé su maleta provocando que aparezca una sonrisa en sus labio, rápidamente me giré para otro lado.

—Rodolfo, abre la cajuela por favor— pedí con nerviosismo mientras me dirigía atrás de la camioneta, él nombrado inmediatamente fue y la abrió, subí su maleta y él se encargó de cerrar la cajuela.

Kendall se había quedado a un lado de la camioneta, la mire extraña hasta que abrió la puerta y me dejó el paso libre, le sonreí un poco para subir, aunque mentalmente estaba maldiciendo por sus acciones.

[...]

Afuera de la gran casa de mis amigos notaba varios autos lujoso estacionados, lo que me hizo fruncir ceño, no esperaba que hubiera tanta gente, solté un bufido y sentí como alguien me tomó de la mano provocando que mi piel se erizara.

—Adam y Daniel invitaron a mi familia— explicó Kendall sin soltarme de la mano, mi vista fue a nuestras manos que estaban unidas y ella entendió todo, me soltó con rapidez.

—¿Sabes si mi madre también está?— pregunté después de unos segundos y ella alzó los hombros en señal de no saber nada, a mi madre no la había visto en tiempo y a Emma tampoco ya que se había ido con su noviecito de paseo.

—No me mencionaron nada, pero me imagino que debe de estar aquí ya que llego a Los Ángeles ayer— explicó simple ganando una mala mirada mía, ella me miró y levantó una ceja.

—¿Cómo sabes eso?— le pregunté y ella soltó una risita nerviosa, yo la mire mal como respuesta a su risa.

—Ella me aviso— dijo simple, Rodolfo detuvo la camioneta y ella rápidamente bajó dejando la puerta abierta.

• ℂ𝕒𝕤𝕒𝕕𝕒𝕤 𝕡𝕠𝕣 𝕒𝕔𝕔𝕚𝕕𝕖𝕟𝕥𝕖, 𝕂𝕖𝕟𝕕𝕒𝕝𝕝 𝕁𝕖𝕟𝕟𝕖𝕣 𝕪 𝕋𝕦 •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora