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Tomura estaba destrozado, después de que viera esos mensajes de fue a casa de su amiga Toga, quién le dejó quedarse en su casa mientras encontraba otro lugar en donde quedarse, Shigaraki no tenía tiempo para deprimirse así que decidió seguir con su vida, claro que con un corazón roto de por medio.

Se encontraba en aquella cafetería en la que trabajaba, se notaba que estaba decaído pero no tenía tiempo para encerrarse y llorar por el infiel de su novio.

— Luces muy mal — su compañero de Trabajo Jin Bubaigawara miro al peliazul .

— No estoy de humor para bromas…

— No es una broma Tomura, solo digo que no vale la pena que te deprimas por alguien que no vale la pena.— Jin se acercó a abrazar al otro — Eres mucho para él, quizás tenga dinero y todo eso pero no puede comprarse un maldito cerebro.

— No quiero hablar de eso Jin…

— Pero estás pensando en eso, yo sugiero que ni pienses en hablar con él porque no podría tolerar que regresarán.

— No tengo intenciones de hacerlo, tampoco quiero pensar en él pero supongo que eso no es algo que yo pueda elegir, solo quisiera alejarme y poder olvidar algunas cosas… —  el peliazul paso su mano por su rostro algo frustrado

Su plática se interrumpió porque alguien entró a la cafetería .

Era él, los ojos de Tomura quedaron frente a frente a los de aquel rubio … estaba en frente de aquella persona que consideraba que le había arruinado su vida, estaba mirando cara a cara a Keigo .

El rubio obviamente era inconsciente de lo sucedido, le sonrió a ambos que estaban detrás del mostrador comenzando a hacer un pedido.

El de ojos rojizos solo bajo la mirada, no quería verlo a la cara y mucho menos dirigirle la palabra, dejó que Bubaigawara se encargará de preparar el pedido, su compañero entró a almacén que tenían en la parte trasera para sacar algunos de los ingredientes, dejando al rubio con Tomura.

— Disculpe, Me gustaría una rebanada — señaló un pastel que estaba en el mostrador.

— Si está bien … — Tomura alzó la mirada haciendo que mirara al otro… no puedo evitar sentir tristeza.

Cortó una rebanada de pastel y la colocó en un plato, se lo entregó al otro sin decir nada, Jin no tardó en salir y comenzó a preparar el pedido del otro .

Keigo mientras esperaba su pedido comenzó a revisar su celular .

"Seguramente le está escribiendo a él"— pensó Tomura al ver al otro.

— Está listo , linda tarde — Bubaigawara me entregó su pedido al rubio .

Al hacerlo Keigo no demoró en irse dejando a los otros .

— Es él… él es el amante de Dabi — cometo el de ojos rojizos .

— ¿Es él? Que descarado al venir a tu trabajo, debiste decirme antes y lo hubiéramos puesto en su lugar— Jin miró con molestia al otro— No tiene vergüenza y ni hablar de Dabi que seguramente le dijo dónde trabajabas.

— Seguramente no lo sabe, estoy seguro de que Dabi no le hablo de mi, aunque ahora no estoy seguro si yo soy el amante o lo es él — suspiró tratando de calmarse— pero no tiene sentido reclamar, aquí el único que está mal es Dabi.

— Pues ha pagado con su tarjeta, igual y solo es su banco personal — el compañero de Tomura revisó aquel registro de compra—  aquí lo muestra, dice que él es el propietario.

— Entonces no es una simple coincidencia y ese bastardo lo trajo aquí a propósito — Shigaraki se acercó a ver el registro y confirmar lo dicho.

— Es idiota, que dudo mucho que lo quiera por lo que es si carece de neuronas.

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Había llegado la noche y Tomura seguía inquieto por aquella situación, quería saber más sobre el rubio .

¿En qué momento se habían conocido? ¿Quién de los dos era el amante? ¿Por qué ambos eran lo suficientemente estúpidos para amar a Dabi?...

Eran preguntas que no lo dejaban dormir y quería respuestas rápidas a todas ellas, abrió aquel ordenador que la rubia le había prestado para que intentará despejar su mente entreteniéndose en otras cosas, comenzó a buscar el nombre del rubio intentando dar con algún perfil de alguna red social que fuera propiedad del mismo y no fue mucho trabajo ya que encontró un perfil en instagram lleno de fotos de Keigo , de Takami Keigo .

Un montón de teorías pasaban por su mente, la idea de que solo quisiera a Dabi por dinero ahora no tenía sentido, parecía que Keigo era alguien adinerado ya que se mostraba con una vida de ensueño, viajes, joyas, compras ridículamente innecesarias y ropa de marcas que él jamás podría pagar, ahora solo se sentía peor, Keigo tenía un cuerpo envidiable y Tomura era demasiado delgado, solo se estaba comparando con el rubio y eso solo lo estaba lastimando, el jamás podría viajar a todos esos lugares a los que Keigo había ido y nunca podría comprar aquellas joyas que él tenía.

Compararse con él era ridículo porque Tomura no tenía nada que Keigo le podría envidiar.

Su búsqueda se vio interrumpida por una llamada , una llamada de un número desconocido, el de ojos rojizos respondió mientras seguía indagando en aquel perfil.

— ¿Hola? — pregunto Shigaraki.

Amor … soy yo cariño, necesito que hablemos

¿Él o yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora