28

159 12 8
                                    

La investigación de había alargado demasiado, ahora era de madrugada y Tomura seguía siendo sospechoso, ya habían llegado los padres del rubio y la madre inmediatamente culpó al de ojos rojizos, y es que todo el mundo lo hacía, intentó explicar la relación que tenía con el otro pero parecían no creerle. El padre de Keigo había pedido hablar con él y eso lo intimidaba.

— Te confíe lo que más quiero en esta vida, ¿Qué pasó con tu promesa? — indagó aquel hombre frente a él — Esto me preocupa y te juro que si me entero que estás relacionado con esto voy a acabar, pero creo saber de quién se trata, ese maldito de Toya debe tener a mi hijo o saber dónde está.

— Le puedo decir que yo no tengo nada que ver con esto — Shigaraki intentó defenderse pero aquel hombre lo interrumpió.

— Más te vale no estarlo, no creas que solo te permití quedarte con mi hijo así sin más, se quién eres Shigaraki, sé de dónde vienes, de quién te rodeas y a quién aprecias — aquel hombre miraba a Tomura a los ojos, se podía sentir su molestia — Se todo de ti Tomura Shigaraki y se que alguna vez estuviste con Toya. Y si yo fuera tu le rogaría a Dios por qué encuentren a Keigo o los dos van a pagarlo con su propia vida, así que si sabes algo abre la boca.

Tomura permaneció en silencio por aquella advertencia.

— Lo que más quiero ahora es encontrar a mi hijo y ya le pagué a gente muy importante para que lo haga, pero necesito saber más sobre el infeliz de Toya y tú me lo dirás todo, puedo jurar a qué él tienen algo que ver con todo esto — el padre del rubio tomó por el hombro al otro haciendo que caminara junto a él— aprecia tu vida y coopera conmigo, si lo haces te permitiré seguir con vida.

— Le diré todo… ¿Por qué no le pregunta a Toya?

— Por qué si lo tengo enfrente voy a matarlo por haber hecho llorar a mi hijo y si él lo tiene no quisiera que tomara represalias lastimando a Keigo, además si tú tuviste contacto con Toya me serviras tratando de que ese idiota confiese algo.

////

Otra discusión por parte de Toya y Chisaki había comenzado, Chisaki siempre le sería leal a la persona que le dio la oportunidad de progresar, pero no quería ni pensar en la sola idea de que esa lealtad lo llevará a lastimar a alguien.

— ¡Yo jamás te daré la espalda pero esto es demasiado! — grito Chisaki al ver el cuerpo del rubio en el suelo— ¡¿Sigue con vida?! ¡No iré a prisión por esto!

— Baja la maldita voz — pidió el pelinegro mientras miraba aquel cuerpo tirado — Claro que sigue con vida idiota, pero no por mucho.

— Toya esto es demasiado, te dije muy claro que no quería involucrarme en algo así, no quiero lastimarlo …

Se vieron interrumpidos al ver el cuerpo del rubio comenzar a moverse, finalmente despertó y se alteró al sentir sus manos atadas por detrás de su espalda y al ver aquel pañuelo cubriendo su boca, comenzó a quejarse y trato de gritar al ver la presencia de los otros, en un intento de callarlo Toya golpeó su cuerpo haciendo que se quejara por aquel golpe y causando su llanto.

— Cálmate o te juro que ahora mismo te voy a matar — antes de que lo siguiera golpeando Chisaki lo empujó.

— Ya basta Toya, esto sólo nos causará problemas y lo sabes, mejor vamos a dejarlo libre y nos vamos del país … pero ya no quiero seguir con esto…

— Pero ese maldito quiere quitarme a Shigaraki y no se lo voy a dejar, primero lo mato antes que dejarselo — vio el cuerpo del rubio el cual intentaba moverse para alejarse de ellos.

— ¿Por lo menos te molestaste en no dejar pistas sobre qué fuiste tú? …

— Lo van a sospechar, pero para cuando vengan por mí yo ya tendré a Tomura entre mis manos y este maldito estará muerto — se acercó al rubio para impedir que se fuera .

— ¿Qué no te queda claro quien es su padre? Nos va a matar cuando se entere si no es que primero nos deja en la calle.

— Entonces vamos a deshacernos de él y después vamos por Tomura, deja de ser tan miedoso y mejor ayúdame a que Keigo no grite .

— No lo haré Toya — Chisaki no miro al otro, pero no llegaría a ese extremo.

— ¿Disculpa? Dijiste que me ayudarías en todo — excuso el pelinegro acercándose al otro —  Yo siempre te fui leal, ¿Así me pagas?

— Claro que te aprecio, te aprecio más que a nadie en esta vida y siempre te fui leal, yo siempre fui el primero en apoyarte… nadie confío en ti más que yo y nadie podría entenderte mejor que yo … pero no quiero matar a alguien, no es así como quiero que termine mi vida — confesó el castaño está vez teniendo el valor de verlo — Déjalo libre y nos vamos del país, desaparecemos un tiempo y luego volvemos… tenemos el dinero, recapacita Toya …

— Pero quiero a Tomura .

— Olvídate de él y vámonos, te estás arruinando por él y Tomura no te corresponde de la misma manera y mucho menos con la misma intensidad…

— Tu no lo entiendes, Tomura es el amor de mi vida y lo amo más que nadie, estamos destinados a estar juntos y no le importa si por eso tengo que matar a Keigo, ya me aleje de mi familia por él y si no quieres hacerlo entonces supongo que no fuimos tan amigos como lo creí — se sentía traicionado, pero eso no lo iba a detener. — Eres un malagradecido.

— ¿Malagradecido? ¡Yo sería capaz de dar mi vida por ti! ¡Yo te apoye cuando nadie más lo hizo! ¡Estuve contigo cuando más necesitabas a alguien! ¡Te ayude con la maldita estafa que le hiciste a tu padre! ¡Tú eres el malagradecido! ¡Yo siempre fui como perro detrás tuyo! ¡No me importó ser tu sombra todos estos años porque eres mi amigo y siempre estuve para ti! — grito con molestia el castaño — ¡Ninguno de los idiotas con los que te acuestas te será tan leal como yo! ¡Yo siempre te puse sobre todos los demás!

— ¡Si me apreciarás tanto como dices me ayudarías a matar a este idiota y me apoyarias en esto! ¡Siempre que tuve la oportunidad te recompensé por tu trabajo! ¡Te pague más a comparación de lo que hacías! ¡Jamás fuiste mi sombra porque siempre te di el reconocimiento que querías! — le respondió al otro, suspiro para después acercarse al otro— Si dices ser todo eso entonces ayudame con Keigo y después huimos como dices, despues regresaré por Tomura.

Chisaki era incapaz de darle la espalda a Toya , asintió a las palabras del otro para después acercarse al rubio, lo miro por unos segundos, no quería hacerlo pero si despues de eso huiria de aquel problema estaría de acuerdo.

— ¿Cómo se supone que lo haremos?...

¿Él o yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora