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Kai fue totalmente incapaz de lastimar al rubio,  realmente era incapaz de lastimar a alguien de esa manera, eso causó la molestia del pelinegro pero al menos lo había intentado, le había pedido esconder al rubio para después huir. Estaba asustado, todo lo que su amigo pensaba lo aterraba porque cada idea era peor que la anterior y todas involucranban acabar con el rubio y no era algo que él quisiera.

Habían metido al rubio a una de las habitaciones y Chisaki intentaba convencer a su amigo de irse de aquel lugar lo más pronto posible, pero este solo accedía a hacerlo si primero asesinaban al otro, todo aquello empeoró cuando Tomura llamó al pelinegro pidiéndole verse y este accedió deseoso de verlo, Kai insistió en que no aceptará, inclusive le había dicho que podrían acabar con el rubio con tal de irse y evitar que alguien los atrapará.

— Lo único que pasará si ves a Tomura es que nos van a descubrir y nos vamos a joder en prisión, yo no estaré en la cárcel por la culpa de ese tipo — dijo el castaño con molestia.

— Shigaraki no es así, me gustaría que él se fuera con nosotros, así podríamos estar juntos sin que Keigo se interponga.

— No seas ingenuo, él nos entregará a la policía y seguramente él debe ser el primero en querer recuperar a Keigo, te ruego que nos larguemos de aquí — Chisaki paso su mano por su rostro mirando al otro—  No nos arriesgues y mejor has lo que quieras con Keigo y nos vamos…

— Nos iremos pero quiero que vayamos junto a Tomura, no quisiera dejarlo nuevamente…

— Nos vamos pero sin él, cuando estemos seguros de que no va a entregarnos o algo así volveremos por él, por ahora has lo que quieras con Keigo y nos vamos — el castaño se fue a su habitación para preparar las cosas para irse.

Toya fue a la habitación en donde dejaron al rubio, se adentro a esta y vio a los ojos al otro, se acercó a él con una sonrisa en el rostro, desde hace tanto deseaba acabar con él y lo iba a disfrutar, iba a gozarlo tanto. Sus manos acariciaron el rostro del rubio haciendo que esté intentará alejarse de él.

— Me divertí mucho contigo Keigo, la pasamos bien juntos — quitó aquel pañuelo que cubría la boca del rubio — Pero todo llega a su fin.

— ¿Por qué siempre me odiaste tanto?... Cuando estuvimos juntos siempre te amé sinceramente y siempre te di todo lo que querías — Keigo intentó separarse de él pero fue inútil. —  Nunca te hice nada para que me lastimarás de esta forma…

— Quizás si te hubiera conocido antes todo sería diferente, yo siempre ame a Tomura y no sabes lo mucho que me molesta que quieras quitarmelo, quizás si no se hubieran acercado más… yo me hubiera quedado con él y tú no estarías aquí, pero quisiste arruinarlo así que asimila lo que hiciste cariño.

— Dices amarlo pero no lo dejas decidir con quién estar, si Tomura te ama estará contigo así que no lo obligues a estar contigo…  "quitarme del camino" no te hará ganador de su cariño porque Shigaraki es todo lo que tú no mereces— Keigo escupió al rostro del otro — Intentas matarme porque sabes que yo sí lo haría feliz.

— ¡Cállate! ¡Cierra la maldita boca perra! — Toya comenzó a ejercer presión en el cuello del otro.—¡Él me ama! ¡Tú jamás lo harías feliz!

Keigo comenzó a forcejear contra el, tratando de patear al contrario para defenderse, quería estar con Tomura, quería pasar su vida junto al otro, lo hacía tan feliz que quería pasar toda su vida despertando entre los brazos de aquel hombre que siempre lo hacía sonreír, había sentido lo que era el amor correspondido y no quería perderlo.

No se rindió contra el otro pero Toya tenía la ventaja y este poco a poco acababa con la fuerza del rubio, estaba molesto y lo único que quería era acabar al rubio, quería que esté dejará de interponerse entre su amado y él.Sentía satisfacción de ver cómo poco a poco el rubio se quedaba sin fuerza para "defenderse", vio como poco a poco aquellos lindos ojos perdían su brillo, y no había nada que le causará más satisfacción que acabar con aquel ser que le molestaba tanto. Siempre sintió odio por el rubio y le encantaba tanto hacerle daño, ver cómo le rogaba porque no le hiciera daño, hacía tanto que quería hacerlo, y cuando sintió que aquel cuerpo dejó de moverse soltó su cuello y confirmó lo que tanto anhelaba. Había acabado con él.

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Tomura había pedido acompañar al padre del rubio a seguir con aquella investigación, ellos dos eran quienes más exigían resultados del paradero de Keigo, Shigaraki no quería descansar hasta saber dónde se encontraba su amado, comenzaba a sentir culpa, si quizás él se hubiera quedado junto a él, Keigo estaría junto a él, ambos estarían durmiendo abrazados como lo estaban haciendo acostumbrando, no iba a descansar hasta tenerlo entre sus brazos y decirle lo mucho que había aprendido a quererlo y que faltaba casi nada para que pudiera amarlo completamente, quería ser él quien hiciera sonreír al rubio cada día.

El padre del rubio había logrado obtener una orden de cateo para la casa de los Todoroki, ya había hablado con varias personas para que encontrarán a Toya, Shigaraki era consciente de la existencia de Chisaki pero nada más que eso.

Shigaraki deseaba poder encontrar a Keigo, ahora estaba seguro de que si podría volver a amar a otro hombre, y quería que ese hombre fuera ese hermoso rubio que siempre se empeñaba en hacerlo feliz.

¿Él o yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora