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Se sentía bien. Se sentía tan bien llegar al hogar del rubio y que esté lo recibiera con alegría, correspondió el abrazo del rubio mientras esté besaba su mejilla, era un sentimiento hermoso y le gustaba, podía llegar a acostumbrarse a todo eso.

— Quería llamarte pero iba a ser una molestia para ti porque trabajas, pero estaba muy emocionado por verte de nuevo — Keigo parecía un cachorro emocionado de ver a su dueño, eso le causaba ternura a Tomura.

— No hubiera sido una molestia, no hice mucho en el día y tenía tiempo para una llamada — beso la mejilla del otro. — ¿Qué hiciste en el día?

— Solo fui a arreglar unas cosas pero te extrañe, hay días en que no tengo tanto trabajo —  se sentía tan feliz de sentir los cariños del otro. — Como tuve tiempo libre supuse que cuando llegarás sería lindo ser recibido de manera cálida, te prepare algo para cenar porque pensé que sería lindo .

— No debiste molestarte Kei — sonrió al escucharlo, tomó la mano del otro para adentrarse a la casa — No sabía que cocinabas.

— Cuando era pequeño mi papá me inscribió en varias clases extracurriculares y en una de ellas aprendí a hacer algunas cosas básicas, tampoco es la gran cosa.— adoraba sentir como el otro tomaba su mano.

— Veo que tú papá es muy atento contigo.

— Digamos que yo no era muy agradable de pequeño y él se veía en la necesidad de cumplir mis caprichos para que no llorará, pero también siempre le gustó pasar tiempo conmigo, yo no conozco a tus padres ni tampoco me has hablado mucho de ellos.

— Tuvimos nuestros problemas y tuve que mudarme para evitar seguir discutiendo…

Llegaron a la cocina y el rubio sirvió dos platos de comida, había prometido llevar las cosas con tiempo pero no podía evitar ser tan detallista, siempre tenía que hacer esa clase de cosas.

Tomura se deleitó con la comida que había preparado él otro, era lo más delicioso que había probado, pasaron la noche hablando hasta que se hizo más tarde y estaban listos para dormir juntos, ambos se daban mutuamente cariño hasta que nuevamente tocaron la puerta del rubio y como ahora no tenía seguro vieron entrar a un Toya molesto.

— ¿Ahora viven juntos?... ¿Qué clase de relación tienen ahora? — pregunto molesto.

— ¿Cómo te atreves a entrar de esa manera? — preguntó el rubio — Ya no es tu casa así que no tienes nada que hacer aquí Toya .

— Somos novios — lanzó sin más Tomura, fue hermoso ver la reacción del otro.

— ¿Cómo pueden ser algo si ambos fueron míos? — preguntó con molestia el pelinegro — Me dijiste que me darías tiempo Tomura … dijiste que me esperarías.

— Tu me prometiste fidelidad y me fallaste, no supiste apreciarnos y encontramos lo que buscamos … no tienes idea de lo que te perdiste dejando a Keigo, pero descuida … yo lo cuidare muy bien — Shigaraki beso la mejilla del rubio haciendo que esté sonriera.

— ¡A mí no me importa ese idiota! ¡Me importas tu! — en la furia del pelinegro se acercó al rubio con intenciones de alejarlo.

Tomura se levantó y empujó al pelinegro, Toya por primera vez sentía un sentimiento que no era nada relacionado a él mismo, sentía tristeza de ver cómo la persona que él decía amar protegía a Keigo… al rubio que solo utilizaba.

— A ti no te importa nadie, solo piensas en ti mismo y no me importa si esto te afecta, no eres el único que puede ser feliz y ahora lo soy … él me hace feliz — empujaba al pelinegro sacándolo de la habitación.

— ¡No te quiero en mi casa! ¡Si no te vas llamaré a la policía! — amenazó el rubio intentando ayudar a Tomura .

— Me las pagaras Takami, me la vas a pagar, haré que te arrepientas de todo lo que hiciste…

¿Él o yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora