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Keigo se sentía tan mal con el mismo, no sabía porqué no lograba que Dabi lo amara de la misma manera que el lo amaba, a veces se sentía usado porque su novio  solo tenía sexo con el y después se marchaba a "trabajar" y es que no quería negarse a estar con él, temía que lo dejara si le decía "no" y vivía con con la ilusión de que sería correspondido.

Se había vestido con sus mejores prendas y había usado el consejo que su amiga Rumi Usagiyama, le había dicho que podía usar ciertos cosméticos para lograr que Keigo por fin se sintiera bien con su apariencia y así lo hizo, tenía un maquillaje sutil para que quizás así su novio viera lo lindo que es y lo amara. Al escuchar la puerta de su hogar abrirse se emocionó, se miró una última vez al espejo y después bajó a alcanzarlo.

— Buenas noches amor , te extrañe mucho — lo abrazo y beso su mejilla para después ver el rostro del otro y darse cuenta que estaba totalmente ebrio .

— También te extrañe … — solamente cuando estaba ebrio era capaz de demostrarme afecto al otro .

— ¿Quieres descansar? … Yo preparé la cena para ti … tuve mucho tiempo libre y quería sorprenderte — Miró al contrario algo nervioso, no era un experto en la cocina pero se había esforzado tanto en prepararlo .

— No tengo hambre… solo quiero estar contigo — bajo sus besos al cuello del otro así degustando de la piel del otro .

Keigo no iba a negarse a estar con su amado Toya, subieron a la habitación y comenzaron a besarse y repartirse caricias mutuamente, adoraba sentir las manos del otro recorrer su cuerpo sin la necesidad de palabras "sucias" que solía decir cuando estaban juntos, solo cuando Toya estaba ebrio podía tratar bien al rubio, besaba sus labios delicadamente mientras se degustaba con los gemidos que soltaba Takami cuando acariciaba sus piernas.

Mientras Keigo comenzaba besar el cuello del pelinegro sintió como este comenzaba a quitarle la ropa desesperado de sentirlo .

— ¿Quieres más Tomura? ~ — pregunto entre el pelinegro sin mirar su error .

Al escuchar esto el rubio se separó del otro.

— ¿Tomura?... ¿Quién demonios es Tomura? — Pregunto con molestia y tristeza .

Se separó del pelinegro esperando una respuesta, trató de evitar que sus lágrimas cayeran.

— Yo no dije eso, no me entendiste — excuso torpemente Toya por el estado en el que estaba .

— ¡Te escuche perfectamente! ¡¿Quién es Tomura?! — no pudo retener más sus lágrimas al ver cómo intentaba mentirle.

— No es nadie, no te alteres por tonterías — en un intento de parar todo, comenzó a besar los labios del otro .

Obviamente el rubio lo alejó mientras fruncía el ceño.

— ¡Me dirás quién demonios es Tomura! ¡¿Es otro de tus malditos amantes?! ¡¿Con cuántos más me vas a engañar?! — cuestionó el rubio .

— ¡Con los que yo quiera Keigo! ¡ Puedo estar con quién se me dé la gana!

— ¡No! ¡Me dijiste que no lo volverías a hacer! — Estaba tan molesto que no quería estar con el pelinegro, comenzó a vestirse para salir de ahí .

— ¡Me puedo acostar con quién yo quiera y te lo dije muy bien esa vez! — al ver qué Keigo iba a salir de la habitación rápidamente se levantó a tomarlo del brazo bruscamente — ¡¿A dónde vas?! ¡¿Te duele escuchar la verdad?!

Keigo intentó zafarse del agarre del otro pero fue inútil.

— ¡Tomura es mi maldito novio, tu eres el jodido amante!

Esas palabras lograron lastimar de la peor manera a Keigo, haciendo que esté intentará huir .

— ¡¿Creías que iba a rebajarme a estar contigo?! — preguntó burlón el pelinegro — No seas idiota!

— Entonces vete con él! — respondió con molestia Keigo afrontando al otro, mala idea.

— ¡Claro que me voy a ir con él! ¡Te quedarás solo y miserable como cuando te encontré! ¡Maldita zorra! — Toya obviamente no se estaba midiendo y lo lamentaría desde que empezó a gritarle hasta cuando para callar los gritos del rubio decidió golpear su rostro.

Dejó caer a Keigo al suelo mientras se cubría la zona en donde lo había golpeado, lo había golpeado en la mejilla izquierda y no conforme con eso continuo sin medir sus palabras y fuerza, solo se molestaba más cuando escuchaba las súplicas del rubio para que lo dejara, había deseado eso desde hace mucho, quería callar esa boca a golpes porque no era lo suficientemente hombre para terminar su relación.

Cuando decidió terminar aquella acción se sentía … libre, libre de ocultar la relación con quién si amaba .

Keigo no podía levantarse del suelo, desde el primer golpe le había pedido a Toya que se calmara pero solo logró que el otro se molestará, estaba tan débil que lloraba en silencio mientras sentía su cuerpo doler.

Toya no solo había roto el corazón del rubio, había roto todos aquellos sentimientos que Takami había sentido alguna vez por él … había lastimado a la persona que más lo amaba y se arrepentiría demasiado.

¿Él o yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora