El latido de una melodía - Luznhoa

17: Ainhoa

La canción del capítulo es POR, de Aitana. Si os gusta el cap, dejad vuestro fav <3

—Es mi turno —avisa la pelirroja, como si a estas alturas no se supieran de memoria el orden que han establecido.

—Genial. ¿Por dónde quieres que sigamos...? —La directora tiene la vista fija en el guion.

—Por esa misma noche. La de la ruptura de Luz con su novia.

—¿Estuviste esa noche?

—Me parece... que participé bastante. —Aprieta los dientes.

∞∞∞

Despierta con el timbre de su piso sonando repetidas veces. Abre un ojo al notar que, quien sea que esté al otro lado de la puerta, pretende fundirle el timbre. Espera un minuto por si José Antonio quisiera hacerle el favor, pero no tiene esa suerte. Con un suspiro, se calza las zapatillas de andar por casa y se anuda la bata, antes de salir a grandes zancadas de la habitación.

Está a punto de gritar a la persona al otro lado de la puerta, porque sí, son las tres de la madrugada, tiene mucho sueño y definitivamente no son horas de llamar al timbre como un loco.

Pero se le cae el alma a los pies al descubrir a Luz, con el maquillaje corrido por las lágrimas, los hombros temblorosos y una hoja arrugada en su puño.

—¿Luz? —Ladea la cabeza, soltando un jadeo nervioso.

—Necesito acabar esta canción. —Y pasa por su lado, chocando con su hombro.

Pestañea, sin entender qué acaba de pasar. Se gira despacio, cerrando la puerta con el gesto. Distingue a Luz sentándose en el sofá, dejando su hoja sobre la mesilla del café y, al darse cuenta de que le falta algo, salir por el pasillo a buscarlo. Sea lo que sea.

Ainhoa se apoya en la pared, con la preocupación subiendo con rapidez por su pecho. Su amiga parece totalmente desquiciada, y miedo le da preguntar qué ha pasado.

Alza las cejas cuando descubre a la del flequillo llevar a rastras su teclado, ese que usa cuando quiere componer tranquila en casa. De brazos cruzados, esta vez sí la sigue hasta el salón, dejando que ella lo mueva todo.

—Sí, puedes ponerte cómoda, gracias por preguntar —masculla, con el sueño todavía retorciéndose para no dejarla funcionar con normalidad.

—Tengo que acabar esto, tengo algunas ideas, pero te necesito. —Suena tan desesperada que traga saliva—. Por favor.

Ainhoa se pasa una mano por los ojos. En realidad, no necesita mucho para despejarse, verla así la tiene completamente alerta, como si en cualquier momento fuera a saltar por la ventana.

—Cariño —adopta un tono casi maternal cuando la agarra por los hombros para que se centre—, ¿qué ha pasado?

El gemido triste que invade la habitación y su pecho indica que no va muy equivocada. No está allí por una canción.

—He roto con Malena. Se estaba tirando a otra en mi cama —masculla, con la vista fija en algún punto del suelo.

La pelirroja exhala un grito, llevándose una mano a la boca mientras permite que Luz se aleje.

—Dios, Luz, lo siento tanto...

Otro sollozo. Da dos pasos y busca una mirada, cualquier cosa que le indique que no la quiere cerca. En vez de eso, recibe un abrazo que la hace tambalearse. Pero en esos momentos le toca ser la fuerte, así que la sostiene cuando el sollozo se convierte en una tormenta de llantos incalmable sobre el punto entre su hombro y el brazo.