9. Menchu

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—Ainhoa nos ha contado un poco lo que fue la experiencia como teloneras de Pastora Soler —informa, como si no hubiera estado presente. La malagueña asiente, ampliando su sonrisa—. Eso duró un tiempo, ¿no?

—Hasta mitad de verano, sí.

—Pero no estuvisteis todo el tiempo con eso, hicisteis más cosas. También nos ha explicado —y esto sí es nuevo para ella— cómo arreglasteis el final de Lo malo y lo grabasteis improvisado, y así se quedó.

—Sí, la verdad que quedó muy natural todo. Como éramos y somos nosotras siempre. Por eso Arturo se quedó con nuestra grabación.

—Después de eso, al margen de vuestros primeros pasos sobre el escenario..., grabasteis el videoclip, ¿no es así?

—Claro, pero te adelantas mucho. —Ladea la cabeza—. Primero tuvimos los ensayos, porque querían que bailáramos en el videoclip.

—¿Eso salió bien?

—Yo tenía mis estudios de danza... —aprieta los dientes para ocultar la carcajada—, Luz y Ainhoa tenían la ilusión y las ganas.

—¡Quita las ganas de la lista de cosas que teníamos, por favor! —Escuchan el grito de Ainhoa, a lo lejos, haciéndolas estallar en carcajadas.

En el pasado, Vicky termina de enseñarles la coreografía que tendrán para el videoclip. Para su alegría, les han avisado que en los conciertos harán algo mucho más sencillo, pero las cabezas de las jóvenes solo ven giros, movimientos que parecen imposibles, caer al suelo, moverse de unas maneras que se sienten viejas solo de pensarlo...

Menchu tiene los brazos sobre su cintura, jadeando por el primer intento las cuatro juntas, siguiendo a la coreógrafa. Ainhoa se recoloca el moño y Luz se aparta el flequillo de la frente, que se le ha pegado a la piel por el sudor. Horrible, sí.

—Venga, chicas, no puede ser tan difícil. Esto es de principiantes.

—Yo siento avisar así, con tan poquita antelación, pero tengo dos pies izquierdos. —Se echa hacia delante Ainhoa, con el flato por las nubes.

—Sí, pues yo solo tengo uno. —Luz gesticula para expresarse mejor—. Un solo pie, y es izquierdo, imagina lo desastre que va a ser esto.

—Aprenderéis. —Asegura, con gesto más serio que el que han mantenido durante la clase—. Ahora yo me tengo que ir, pero espero que os miréis las grabaciones y lo intentéis en vuestra casa.

Luz la observa, apoyándose en Menchu, hasta que ha salido de la clase.

—Este tipo de cosas son las que te avisan en la tele que no hagas en tu casa, estoy segura. —Bufa.

—¡Vamos! —Los ojos de la malagueña se iluminan, tirando de su brazo y haciéndola trastabillar—. ¿Tenéis algo que hacer ahora?

—¿Ir a un fisioterapeuta? —Es Ainhoa quien responde.

—Joder, vosotras dos sois de verdad almas gemelas, doñas quejicas. Hay que ver el lado positivo de todo esto.

Luz y Ainhoa, agotadas y sudorosas, comparten una mirada ante lo de "almas gemelas", pero la apartan al sentir que la otra ha podido pensar lo mismo.

—¿Cuál es el lado positivo, a ver? —Camina la morena.

—Que podéis ensayar conmigo.

—Yupi —musita Ainhoa, inclinándose para estirarse.

—No seas sarcástica. ¿Os apetece o no?

—Va a ser lo mejor —responde Luz en su lugar—. Me gustaría no parecer una inútil con Vicky la próxima vez.

El latido de una melodía - LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora