El latido de una melodía - Luznhoa

27. Menchu

La canción del capítulo es Las Vegas, de Aitana

Menchu no tarda en llegar junto a su amiga para sustituirla en su silla. Ainhoa ya ha avisado que quiere quedarse un rato para escuchar cómo sigue esa parte tan complicada de su historia.

—Así que Arturo os organizó los premios a los que ibais a asistir para que coincidieran con la llegada de un productor importante... que curiosamente es el que produjo la mayor parte de «Nuestro camino», junto a Ainhoa. —La directora alza una ceja—. Creo que necesito una explicación de cómo se pasó de un extremo a otro.

—Digamos que Luz y yo hicimos algo que se nos ha dado muy bien desde siempre... liársela a Ainhoa para que haga todo lo que le da miedo hacer.

—No me arrepiento de nada —confiesa la otra morena, pasando un brazo por la cintura de la chica de pelo corto, que entrecierra los ojos con disgusto.

∞∞∞

Los días que siguen al anuncio de Arturo son frenéticos. La discográfica ha puesto a su disposición una sala de baile donde se dedican a ensayar. Han decidido cantar cinco canciones, con un minuto por cada una, entrelazadas a la perfección gracias a la ayuda telemática del productor del segundo disco. La única incorporación que no es single es «POR», al ser la favorita de muchos fans.

Pero esos mismos días se ha notado un bajón en la actitud de Ainhoa, que apenas participa en las decisiones, dejándose arrastrar por la marea de las ideas de sus amigas. Luz lo ha notado, por supuesto, pero cada vez que ha querido sacar el tema en su habitación, esta se metía en la cama y dejaba de hablar.

Por eso, decide recurrir a la tercera integrante del grupo, que se pone manos a la obra en la misión.

A falta de una semana para que vuelen a Las Vegas, Menchu se sienta junto a ella a la hora de la comida, con los codos sobre la mesa y mirada inquisitiva.

—¿Estás bien? —La pelirroja alza una ceja.

—Sí, claro, ¿y tú qué tal, Ainhoa?

—Yo estaba bien hasta que has aparecido a mirarme fijamente a cinco centímetros de mi cara. —Traga con cuidado—. ¿Debería preocuparme por una insolación? Sé que habéis salido a caminar media mañana.

—No, en realidad estoy mejor que nunca. Pero tú llevas unos días más mustia que la planta que intenté cuidar en Madrid.

—Ah, que esto es una intervención. —Alza una ceja.

—Si te lo quieres tomar así... Tía, es muy raro todo. Nos dan noticias buenísimas, nos ponemos contentísimas todas, pero, en cuestión de minutos, decides apagarte y callarte las cosas. Así no funcionamos aquí, que lo sepas.

Ainhoa se muerde el labio. ¿Se lo dice? ¿Y qué solución habría? Ninguna, en realidad, pero al menos se sentiría comprendida y podría hablar con alguien de ello.

» Como dirían en tu peli Disney favorita... suéltalo —añade la castaña.

Coge aire y asiente. Consigue colocar los pies sobre la silla, permitiéndole esto apoyar la barbilla sobre las rodillas y abrazarse las piernas por completo.

—Resulta que va a pasar unos días en Los Ángeles un productor que me encanta. Adoro su trabajo y llevo años pidiendo trabajar con él. Como entenderás, no he tenido éxito, hasta ahora.

—¿Qué pasa? ¿El imbécil de Arturo no te deja reunirte con él?

—No es eso —musita, apretando la frente contra las rodillas. Cierra los ojos antes siquiera de hablar—. Es que él lo invitó como parte de la discográfica y, para joderme a mí, solo estará los días que estaremos en Las Vegas.