26. Ainhoa

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La canción del capítulo es No mires atrás, de Nerea Rodríguez

—Es tu turno. —La directora apenas tiene que girarse un poco, con una sonrisilla.

—Lo sé, estaba cotilleando.

—Creo que he visto a Menchu, así que yo no cotilleo. —Luz besa su mejilla y no duda en correr hacia su amiga.

La pelirroja coge la butaca y se acomoda.

—Así que Los Ángeles —empieza la directora.

—Sí. Arturo quería que cogiéramos ideas de música más actual, más lo que a ellos les gustaría que fuera nuestra música. Que algo cogimos, pero las canciones que compuse allí fueron baladas o pop del más típico nuestro, así que no le salió muy bien la cosa.

—Muy bien. —Revisa su guion—. Pues empieza por dónde tú prefieras.

∞∞∞

El día que llegan al estudio está basado en conocer a absolutamente todo el mundo de Universal California, si se le puede llamar así. Estrechan tantas manos, abrazan y son presentadas a tanta gente que sus cabezas comienzan a embotarse.

Ainhoa ya conocía a algunos de ellos, porque había trabajado con sus canciones en el primer disco o habían participado en un campus de composición, meses antes de la creación del grupo. Esto facilitaba mucho las cosas, pues sabía con qué tipo de sonidos quería trabajar, sobre todo con la única canción a futuro que tenían en ese momento.

Su mejor amiga y su novia ya saben que quiere intentar producir por primera vez y, por mucho que Arturo le presentara gente, ella no tarda en entrar en el estudio con su propia grabación cutre. Sigue indicaciones, por supuesto, incluido del productor del segundo disco, pero descubrir que es capaz es lo que más feliz la hace.

Aprovechando los estudios, que ya los tienen reservados para el próximo mes, deciden repartirse los versos de la primera canción y grabarla en ellos. Aunque en principio estaba compuesto para piano, resulta que la canción queda mucho mejor añadiendo acordes de guitarra, por lo que toman esa decisión.

—¿Tocas la guitarra? —pregunta entonces el productor que más la asiste con sus dudas sobre el tema.

—Sí, bueno, no tengo el mismo nivel de piano, pero me defiendo con los acordes para casi cualquier canción pop...

—Es perfecto. Te recomiendo que pruebes a componer con guitarra. Podría salirte un sonido diferente, que no malo, y al final eso estáis buscando, ¿verdad?

—Eso espera Arturo, sí —musita, pero se apunta mentalmente hacer la prueba.

Con las primeras clases de composición, para las que se cree más adelantada, tiene la oportunidad de hacer la prueba. Haciendo equipo con sus amigas, el profesor les pone el ejercicio de componer usando un sentimiento de pérdida, ya sea de relación amorosa como de amistad, o incluso de cualquier persona, objeto o animal importante para ellas.

Ainhoa saca la guitarra mientras las chicas hablan, sin prestarle mucha atención en un primer momento.

—Ey, ¿qué pasa?

—Nada. —Coge aire por la boca—. Es que es raro, porque toda la época de componer canciones muy tristes yo lo estaba por Malena. Ahora estoy contigo, y te amo...

—Ha dicho que podemos basarlo en otro tipo de pérdida.

—Sí, ganazas de decir que basamos «Te amo de aquí a la Luna» en nuestra fallecida gatita. —Menchu pone los ojos en blanco.

—Bueno, puede ser algo de amistad. —Se lame el labio, mientras busca inspiración dentro de su cerebro—. O podemos plantear una situación hipotética.

El latido de una melodía - LuznhoaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora