Hasta que seamos diferentes

Capítulo XXI | Cerrar el circulo

El lunes por la mañana antes de ir a la escuela, me enteré que tomaron otra decisión respecto a Aren, y es que únicamente será suspendido para el próximo partido. Los últimos días Pedro me ha mantenido informada respecto a lo que los directivos de la escuela están haciendo con lo sucedido la semana pasada, aunque el viernes me vi en la obligación de ir con la rectora y platicarle lo sucedido para corroborar la información en el video. Aquel día me sentí {i como en una burbuja expuesta al exterior. Estuvieron preguntándome en varias ocasiones si reconozco a la persona que grabó el video, pero negué al no querer más problemas. Al menos me siento más tranquila porque ellos dieron su palabra de que no se volvería a tocar el tema conmigo.

Incluso me ofrecieron visitar a la psicóloga un par de semanas, pero rechacé la oferta. He estado sobrellevando la situación gracias a Camila y Victoria, y en cuanto a las pesadillas al menos el día de hoy no tuve.

Imagino que es cuestión de tiempo para que mi cabeza borre esos recuerdos, así como lo ha hecho con los demás.

—Me enteré de lo que hiciste —comenta Victoria, viéndome fijamente.

Es la hora del almuerzo y estamos en la cafetería. Debido a que iniciamos la semana de exámenes no hemos tenido tiempo de hablar desde que llegamos.

Y creo que sé a qué se refiere con exactitud.

—El entrenador llamó a Aren esta mañana, y le dijo que reconsideraron la situación y que el único castigo será no jugar el próximo partido... dijo que habría sido diferente si lo hubiera golpeado en el partido, pero ya que es un castigo institucional y no del torneo, no tiene que ser expulsado del equipo —me relata con calma, y yo intento sonreírle—. Sé que es una excusa para no involucrarte, aunque en parte es verdad... gracias por hablar con Pedro para no afectarlo. No imagino lo difícil que fue para ti.

Yo no respondo, más que todo porque yo soy la única que debería estar agradecida en esta situación. Además, sabía que no podría ocultarle eso después de ir a abrazarla y llorar en sus brazos.

—Pero no servirá de nada si los eliminan este miércoles —ilustra Camila, con calma.

—No, pero es la decisión que se tomó.

Sólo espero que el equipo pueda ganar el próximo partido... de no ser así me sentiré culpable por haberle quitado la oportunidad a él.

Decido cambiar de tema para no pensar en eso.

—¿Estás lista para tu próximo combate? —le pregunto a Camila. Ella me sonríe.

Este sábado que pasó volvió a ganar, y ya está entre las mejores de la ciudad. De hecho, me tomé el tiempo de averiguar un poco más acerca del deporte que practica y me pareció interesante. No hasta tal punto de practicarlo, pero fue una buena distracción.

Más que todo porque no dejaba de ver a Jordan junto a Emma aquel día. Creo que se están acercando cada día más a medida que pasa el tiempo.

—No sé si lista, pero si mentalizada. Sé que puedo ganarle.

Ojalá pudiera tener esa convicción conmigo misma. Cuando ella habla de lo que le gusta parece que se le olvidara todo lo demás.

Quisiera poder encontrar algo que me emocione de tal manera, pero hasta el momento sólo es la lectura.

—Claro que puedes ganarle. Sería imposible no hacerlo con esas piernas tan largas —apoya Victoria, con cierto tono de ironía.

—Tú serias buena buceando. Con esa nariz tan grande que tienes me robas el oxígeno.

Victoria la golpea con su hombro, antes de que ambas rían.

—Eso me hace recordar —pronuncia Victoria, sacando una pequeña bolsa transparente de su chaqueta. La abre y saca un par de pasadores para el cabello en forma de estrella de mar. Son en plástico y pequeños. Ella le entrega uno a Camila y otro a mí—. Estaba hablando con Cami acerca de ti. Estuvimos investigando y sabemos que para reconocernos te centras en cosas específicas que recuerdes de nosotras... —habla en un tono bajo—. Pensamos en esto, ¿así podrás reconocernos más fácil? —pregunta, mientras se ponen el pequeño pasador en el lateral de su cabeza.