Capítulo 16

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Karlie enarcó una ceja al ver que había adivinado sus pensamientos.

—Karlie: ¿No? No —decidió de inmediato porque creía lo que ella decía—. No se te daría bien ese juego, ¿verdad?

—Tay: No lo sé, nunca lo he jugado.

Karlie dio un paso atrás y se encogió de hombros, parecía haber recuperado el control por completo, mientras que ella seguía inmersa en un absoluto torbellino de sensaciones.

Inconscientemente, Taylor se llevó los dedos al cuello con lentitud, donde ella acababa de besarla.

—Taylor: Necesito tiempo antes de entregarme de ese modo. Hacer el amor con alguien es algo que no debería hacerse sin pensar.

Aquellas palabras le llegaron muy hondo y, por motivos que ella no podría comprender, hicieron que se sintiera más tranquilo.

—Karlie: Hay mucha gente que lo hace todo el tiempo sin pensar.

—Taylor: Yo no —dijo ella, negando con la cabeza.

Sintió el impulso de acariciarle la cara, por eso prefirió meterse las manos en los bolsillos. Sería mejor que no la tocara, al menos por el momento.

—Karlie: ¿Y se supone que con eso me retiraré satisfecha?

—Tay: Sólo pretendo que comprendas por qué te he dicho no cuando quería decir sí. Cuando los dos sabemos que podrías hacerme decir sí.

—Karlie: Esa sinceridad tuya es muy peligrosa —admitió ella con los ojos ardiendo de deseo.

—Tay: Necesitas saber la verdad —de hecho, Taylor tuvo la sensación de no haber conocido a nadie antes que lo necesitara más que ella—. Además, no suelo mentir a las mujeres con los que tengo la intención de intimar.

Volvió a dar un paso hacia ella y vio cómo le temblaban los labios. Podría hacerle decir sí... saberse poseedora de tal poder resultaba muy seductor. Pero sabía que si utilizaba dicho poder, estaría poniendo en peligro algo que ni siquiera sabía si existía.

—Karlie: Necesitas tiempo —concluyó—. ¿Tienes idea de cuánto?

El deseo hizo que le temblara la voz al responder a tan difícil pregunta.

—Tay: No lo sé, pero te aseguro que serás la primera en saberlo.

—Karlie: Quizá podríamos quitar un par de días a ese tiempo —murmuró al tiempo que se permitía caer en la tentación de besarle los labios suavemente.

Taylor mantuvo los ojos abiertos con la esperanza de que eso la ayudara a no dejarse llevar, pero la visión se le hizo borrosa.

—Tay: Mm, sí, seguro que podemos quitar unos días.

—Kar: Mejor una semana —dijo mientras el beso se iba haciendo más y más intenso—. ¿Qué tal quince días?

Lo último que esperaba hacer en un momento en el que se veía completamente dominada por el deseo, era reírse.

—Tay: Será mejor que dejemos esto para más adelante —dijo.

Taylor se concentró en respirar con normalidad mientras ella se volvía a agarrar su cerveza.

—Tay: Tengo toda esta... —señaló a su alrededor.

—Karl: ¿Comida? —añadió ella, encantado con su desconcierto.

—Tay: Sí. Tengo toda esta comida, así que supongo que podría preparar...

Karlie esperó unos segundos mientras ella se apretaba las sienes y fruncía el ceño.

Una Vecina PerfectaWhere stories live. Discover now