Capítulo 36

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-Ese maldito entrometido -protestó Scott por enésima vez desde que Andrea le había contado la intervención de Jasper.

-Andrea: Sabes muy bien que lo hizo porque quiere mucho a Taylor-le recordó su mujer, que sabía que en realidad Scott adoraba al viejo Miller.

-Scott: Pues no le salió bien, ¿no te parece?

Andrea comenzó a hablar, pero justo en ese momento se oyó un coche que se acercaba por la vieja carretera.

-Andrea: No estoy tan segura de eso -murmuró entonces y se puso en pie en mitad del jardín para ver quién era.

-Scott: Dile a quien sea que se vaya y no vuelva más.

-Andrea: Creo que tendrá que ser Taylor la que lo decida.

-Scott: ¿Qué? ¿Es que crees que es ella? Por fin podré usar la escopeta que tengo en el estudio.

-Andrea: Compórtate -le pidió con un beso.

Karlie vio a los padres de la mujer que amaba de pie en el césped y se preguntó quién de los dos lo mataría antes.

Andrea comprendió nada más verla por qué su hija se había enamorado tan locamente de aquella mujer.

-Kar: Señora Swift, señor Swift -los saludó en cuanto estuvo lo bastante cerca-. Soy Karlie Kloss . Necesito a Taylor... Necesito ver a Taylor-se apresuró a corregir.

-Scott: ¿Cuánto años tiene, Kloss?

Karlie frunció el ceño ante la inesperada pregunta del señor Swift.

-Kar: Treinta.

-Scott: Pues si quieres llegar a los treinta y uno, vuelve a subirte en ese coche y lárgate de aquí.

-Karlie: Antes tengo que ver a Taylor. Después podrá echarme de una patada si quiere. O al menos intentarlo.

-Scott: No vas a acercarte a ella.

-Andrea: ¡Ya está bien! -intervino situándose entre ambos-. Está en el acantilado, detrás del faro.

-Scott: Maldita sea, Andrea.

-Karlie: Muchas gracias -le dijo poniéndole la mano sobre la suya-. No volveré a hacerle daño -les dijo a ambos-. Se lo prometo -añadió antes de salir corriendo.

-Scott: ¿Por qué demonios has hecho eso?

Andrea se volvió hacia su marido y le tomó el rostro entre las manos.

-Andrea: Porque me recuerda a alguien y creo que nuestra hija va a ser muy feliz con ella. Parece que Jasper tenía razón.

-Scott: Lo sé -admitió -. Pero será mejor que no se lo digamos inmediatamente, hagámosle sufrir un poco.

La encontró sentada en una roca, dibujando mientras el viento le despeinaba el cabello y la imagen le cortó la respiración. Mientras conducía no había dejado de preguntarse qué sentiría al verla, ahora sabía que, por una vez, su imaginación se había quedado corta.

Pronunció su nombre, pero enseguida se dio cuenta de que era imposible que la oyera con ese viento y desde lejos. Quizá sí la oyó, o quizá sintió su presencia, porque justo entonces levantó la mirada hacia ella.

Después, como si su presencia no le importara, siguió dibujando. Karlie se acercó.

-Tay: Estás muy lejos de casa, Kloss.

-Kar: Tay-susurró con voz ronca.

-Tay: Si hubiera tenido algo más que decirte, te lo habría dicho en Nueva York.

-Kar: Tengo algo que decirte.

Tay le dedicó una rápida mirada de desinterés sin decir nada.

-Kar: Por favor. Escúchame y si después quieres que me vaya, me iré.

-Tay: Está bien -volvió a bajar la mirada al bloc de dibujo-. Pero si no te importa, seguiré trabajando.

-Kar: Como quieras -no sabía por dónde empezar-. Mi agente se encontró con el tuyo el otro día.

-Tay: Qué mundo tan pequeño.

Karlie no se dejó acobardar por su frialdad.

-Kar: Le contó lo de la serie de televisión que van a hacer basándose en tu cómic. Es un gran proyecto.

-Tay: Eso dicen.

-Kar: No me lo dijiste.

-Tay: A ti no te importa mi trabajo -le dedicó otra rápida mirada.

-Kar: Eso no es cierto, pero comprendo que pienses que es así. Sé que era eso lo que querías contarme aquel día que viniste a mi apartamento tan entusiasmada y yo te estropeé el momento. Yo... -hizo una pausa para mirar al mar, dándole la espalda-... Estaba distraída con la obra y, sobre todo, con lo que sentía por ti... con lo que no quería sentir por ti.

Una Vecina PerfectaWhere stories live. Discover now