Tras un largo viaje, y una cara factura de taxi, regresaron a la casa de Aslan, entrando sin decirse nada, agotados en todos los sentidos, y yendo a sus respectivos cuartos para dormir, o esa era la intención de la mujer cuando se metió en la cama, bajo las cálidas sábanas, y cerró sus ojos.
—¿Qué coj...? -un movimiento en su colcha la despertó, descubriendo a su hermano mayor arropándose junto a ella- ¿qué haces?, vete a tu habitación -ordenaba, dándole pequeñas patadas para echarle de allí.
—Que tengo al abuelete ese, no voy a dormir con él -acomodó parte de su almohada- si quieres vete tú, al fin y al cabo ibais a ser esposos -bromeó, recibiendo una intensa mirada de la contraria que le hizo recular- perdón.
—Vete.
—Buenas noches, Cass -hundió su rostro en la sábana, ignorando al completo las palabras de la otra.
—¡Oye! -al ver cómo este comenzaba a dormirse, no le quedó otra opción que ceder, dándose la vuelta para quedar espalda con espalda, y tratando de conciliar el sueño.
Sin embargo, y para su mala suerte, no pasó mucho tiempo hasta que sintió la puerta del dormitorio abrirse, descubriendo al más joven de todos en el umbral de esta.
—He tenido una pesadilla.
—¿¡Cómo vas a tener una pesadilla!?, ¡si ni siquiera te ha podido dar tiempo a dormir!
—Ay, pobre, ven aquí -extendió sus brazos para abrazarle y el mencionado fue corriendo hacia él, tumbándose también en la cama y quedando en medio de ambos- ¿con qué has soñado?
—Con el bicho ese que se suicidó en el salón -se tapó media cara con la sábana, haciendo un puchero.
—La madre que me parió -volvió a darse media vuelta, cubriéndose completamente la cabeza y suspirando varias veces hasta que su oído se acostumbró a las surrealistas conversaciones de los otros dos, y pudo descansar al fin, siendo seguida, sin demasiada diferencia, por los chicos que, tras unos minutos, cayeron también rendidos.
La noche pasó y, con ello, llegó un día nuevo en el que los tres desayunaron juntos, ignorando los ruidos de queja del hombre que tenían amordazado, y prepararon las cosas necesarias para la siguiente fase del plan.
—Bien -Aslan observó todas las fotos que la morena había sacado en la sede y él había impreso, extendiendo los papeles sobre la mesa mientras sus familiares le rodeaban, expectantes por lo que iba a decir- esta ha sido la última misión en la que, suponemos, Teo desapareció -señaló un informe- y, si nos fijamos bien, a tan solo unos kilómetros hay una guarida de los Arrastrados localizada pero sin registrar.
—Le habrán llevado allí, entonces.
—Exacto.
—¿Pero cómo nos vamos a desplazar? -cuestionó la chica- tu coche está hecho polvo, y entrar a un lugar así en taxi es provocarles para que nos maten de primeras.
—Cierto, no había contado con eso...
—¿No tenéis una máquina teletransportadora o algo así? -vaciló el menor, pero ninguno le hizo caso.
—Podríamos ir andando, pero tardaríamos mucho... -pensaba, rascándose la incipiente barba como acto reflejo.
—O... -Cassandra se fue corriendo del comedor, apareciendo de nuevo por el pasillo en cuestión de segundos con una sonrisa triunfante.
—¿A dónde has ido? -cuestionó, sin entender sus repentinas acciones.
—A compartir los bienes gananciales con mi marido -rió, enseñándoles un llavero de coche.
—Brutal -halagó el del tatuaje, boquiabierto.
—Perfecto, pues entonces ya nos podemos ir.
—¡Pues vamos allá! -Len comenzó a andar decidido y emocionado hacia la puerta, siendo frenado por una fuerte mano en su hombro mientras la mediana salía tranquilamente del lugar..
—No sabemos lo que nos vamos a encontrar allí -advirtió, con un semblante muy serio- de verdad, no quiero que corras peligro por mi culpa.
—Me las apañaré, no te preocupes -le guiñó un ojo- a lo mejor no tengo vuestros increíbles superpoderes, pero sé defenderme.
—... De acuerdo -suspiró- ten cuidado, por favor -le abrazó, siendo correspondido al momento.
—¿Nos vamos o qué? -Cassandra se asomó desde el marco de la entrada, impaciente de esperarles y deseando ponerse en marcha de una vez.
Y así lo hicieron, tras buscar el, para nada discreto, vehículo del secuestrado, se subieron en las posiciones de siempre y pusieron rumbo, conduciendo sorprendentemente calmados mientras seguían atentamente las indicaciones dadas por el GPS.
Durante el trayecto, Len se dedicó a mirar en silencio por la ventanilla, nervioso, reflexionando sobre las palabras de su hermano y dándose cuenta de que todo eso era un mundo desconocido para él y que, seguramente, encontraría cosas que escapan de su imaginación, sus piernas temblaban y sus manos comenzaron a sudar, dudando de si había tomado una buena decisión al ir con ellos. Giró su cabeza, encontrando a su hermana leyendo algo en su teléfono, concentrada, fue entonces cuando, en un intento por evadirse de sus desagradables pensamientos, se asomó al asiento delantero con cuidado de no ser descubierto, viendo con claridad una ligera sonrisa en el rostro contrario y unas pequeñas lágrimas que amenazaban con salir de sus oscuros ojos, alertándole, y haciendo que se fijara en la pantalla del aparato, topándose, en una primera ojeada, con una foto de Teo.
"Teo Grena.", empezó a leer en silencio, "Aturdidor, expulsa un aroma capaz de distorsionar la realidad de su contrincante a su gusto.", "Primer año en la organización: 13 años de edad, llegó con dos años de retraso a causa de que su tutora legal le escondió, ya se tomaron las medidas pertinentes.", "Al principio se mostró rebelde y compulsivo, escapándose con la miembro Cassandra Grena, con quien comparte lazos familiares, muchas noches y no regresando hasta la mañana siguiente.", "Segundo año en la organización: 14 años de edad, está aprendiendo correctamente a usar su fuerza terrenal y su evolución es positiva, sin embargo, su comportamiento sigue siendo incorrecto, por lo que procederemos a separar a ambos hermanos durante un periodo de tiempo a determinar.", "Tercer año en la organización: 15 años de edad, se ha peleado con varios compañeros de su clase y se niega a comer o a realizar cualquier tipo de actividad hasta que se le permita ver a su familia, se le ha castigado con severidad pero no parece haber mejora.", "Cuarto año en la organización: 16 años de edad, ha ido a su primera misión y ha resultado eficiente además de comportarse de forma madura y coherente.", "Quinto año en la organización: 17 años de edad, segunda misión en la que se le ha incluido, comprobando cuál es el cambio en su comportamiento si volvemos a juntarle con Cassandra Grena, dado un resultado negativo, pues ninguno prestó atención a las indicaciones del superior y bromeaban continuamente, entreteniéndose y poniendo en peligro la continuidad de la misión.", siguió con su lectura, descubriendo como fue el paso del tiempo en aquel lugar para su hermano y distintas anécdotas que nunca habría sabido si no hubiera llegado hasta ese punto, "Duodécimo año en la organización: 24 años de edad, su participación en una misión de urgencia, mal preparada, a resultado en su irremediable desaparición, los altos cargos han ordenado el abandono del caso para no frenar la investigación de los Arrastrados", fue lo último escrito en aquellas hojas de papel.
Un doloroso nudo se creó en su garganta, lleno de rabia y frustración, sin embargo, pronto se percató de que no era el único que se sentía así, notando cómo los dedos de la mujer apretaban la pantalla y cristalinas gotas caían en esta tras recorrer sus mejillas, poniéndola borrosa.
—Hijos de puta -murmuró entre dientes, mirando el informe con una clara sed de venganza que podría asustar a cualquiera que la viese.
ESTÁS LEYENDO
Arrastrados
Science FictionTras la repentina y sospechosa muerte de su hermano, 3 jóvenes vagan por un mundo lleno de mentiras, misterios y una guerra oculta entre las sombras.