Capítulo 39 - El límite

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María

El sábado por la mañana, se levantó rebosando energía, los días tan oscuros que había pasado encerrada en su ansiedad, oficialmente habían terminado.

Estaba motivada, aunque no lo había gestionado del todo bien, había reaccionado a tiempo y se sentía orgullosa de sí misma.

Estaba convencida de que pasito a pasito, lograría ir superando todas sus inseguridades.

Quería agradecerle de alguna manera a Drake todo lo que hacía por ella, así que había planeado cada detalle del fin de semana, quería sorprenderle y empezaría haciéndolo con unas tortitas para desayunar.

Iban a necesitar coger fuerzas para pasar la mañana en el ring.

- ¿Qué es eso que huele tan rico? preguntó Drake al entrar en la cocina.

Estaba dando la vuelta a la última tortita cuando le vio aparecer, con el pelo despeinado y solo el pantalón del pijama.

Adoraba que siempre durmiese sin camiseta, le encantaba contemplarle así.

- Tortitas amor, nos merecemos un desayuno especial - respondió con una sonrisa.

Es impresionante lo guapo que está cuando se levanta, pensó mirándole embobada.

Drake contempló el desayuno que había preparado entusiasmado.

- Vamos a necesitar una dosis extra de energía para todo lo que tengo pensado - le explicó intentando centrarse en terminar de prepararlo.

No era una tarea fácil concentrarse teniendo en cuenta al hombre que tenía enfrente.

Pero lo consiguió.

Como estaba tan entretenida decorando los platos con sirope, no se dio cuenta de que el gesto de Drake al escucharla, había cambiado.

- Pequeña...

En cuanto levantó la cabeza para mirarle, supo que lo que tenía que decir no le iba a gustar.

Drake

Me va a matar pensó en cuánto María le explicó que tenían planes...

Con todo lo que había pasado la noche anterior, se le había olvidado por completo contarle que se tenía que ir, y no solo el fin de semana, no volvería a estar con ella, hasta finales de la semana siguiente.

- ¿Qué pasa amor? Le preguntó María lamiendo un poquito de sirope con el que se había machado.

Estaba preciosa. Con su melena suelta y una de sus camisetas como pijama.

Intentando omitir lo tentado que se sentía de empezar el día jugando con ella y el sirope, pensó en cómo explicárselo, no quería que se enfadase con él por irse después de lo que había pasado, pero es que no tenía más opciones, tenía que estar allí.

- Me tengo que ir pequeña - le confesó acercándose a su lado.

- ¿Cómo que te tienes que ir? Le preguntó María alejándose sutilmente.

- Poli me llamó anoche, cerramos la operación a finales de semana y me necesitan allí hasta que todos los contratos estén firmados.

María tardó unos minutos en reaccionar.

Estaba empezando a preocuparse, cuando finalmente le respondió fingiendo una sonrisa:

- Vale Drake, espero que todo os salga bien.

No quería volver a discutir con ella y menos por esto, pero al ver su cara de desaprobación pensó que tampoco era tan difícil de entender que era su deber estar allí.

Llévame a la luna y abrázame en el caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora