Capítulo 20 - La inscripción

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Drake

Verde.

Eso empezó a ver por la ventana, se sentía invadido por la misma sensación de siempre al ver las montañas, por fin estaba llegando a casa.

Solo que está vez, tenía a su lado, completamente dormida, a la persona que le estaba cambiando la vida.

- Pequeña, despierta le dijo tocándole la pierna con cuidado.

- ¿Ya hemos llegado? Le preguntó María bostezando.

- En unos 15 minutos estamos le respondió con una sonrisa.

- Lo siento amor, me he quedado dormida dijo María intentando estirarse en su asiento.

No sabía cómo María había sido capaz de dormir tan plácidamente en el coche, él no podría.

Cuando miro hacia ella, notó que se estaba empezando a poner nerviosa. No dejaba de morderse las uñas, cosa que no solía hacer.

Él también estaba nervioso, así que intentando desviar la atención de ambos dijo:

- Duerme en el coche siempre que quieras, por favor la pidió haciendo una mueca. Me has regalado unos momentazos, verte con la boca abierta, roncando, es algo que no está pagado.

María le miró, aún estaba algo somnolienta, pero a pesar de ello, solo tardó dos segundos en procesar su respuesta:

- Es que hasta dormida intento enamorarte.

Pam. Eso sí que no se lo esperaba.

Le encantaba como María siempre tenía una respuesta bien hilada para todo.

- ¿Y crees que lo estás consiguiendo? Preguntó intentando disimular una sonrisa.

María

No sabía si ella lo estaba consiguiendo, lo que sí tenía claro es que Drake ya lo había logrado.

- Dímelo tú - respondió fingiendo que el tema no iba con ella.

- Creo que tendrás que vivir con la intriga un poco más pequeña, acabamos de llegar.

Allá vamos pensó, respira hondo se repitió varias veces a sí misma.

Estaban ante las puertas de una pequeña casita. Desde fuera, era preciosa, estaba rodeada de árboles y en el porche de la entrada se podían apreciar una infinidad de pequeños duendes de jardín. Como ya era de noche, solo se distinguían por las pequeñas luces que iluminaban el paseo hacia la puerta principal, que también era espectacular.

Qué casa tan bonita pensó fijándose en los detalles.

- ¿Preparada? Le preguntó Drake abriéndole la puerta.

- No me sueltes la mano le pidió.

Cuando Drake llamó al timbre, apretó fuerte su mano.

Qué bien la conocía, su chico había intuido que necesitaba ese pequeño gesto para llenarse de valor.

- Ya están aquí escucho que decían detrás de la puerta.

Cocoooo gritó su madre nada más ver a Drake.

¿Coco?

No le dio tiempo a pensar en el curioso nombre que la madre de Drake había utilizado para llamarle, porque, literalmente, un segundo después, Anjana, estaba dándole un enorme abrazo. Pero no a él, sino a ella.

- Bienvenida a la tierruca María - dijo sin soltarla.

- Encantada Anjana le respondió con la voz entrecortada.

Llévame a la luna y abrázame en el caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora