Capítulo 25 - Señales

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Drake

No había llegado a la vuelta de la esquina y ya se estaba arrepentido de haberse ido.

Pero le había dolido en el alma que María no se lo hubiese contado por falta de confianza. Sobre todo, después de como él la había abierto su corazón.

Estaba abriendo la puerta del coche cuando se dio cuenta de la decisión que acababa de tomar.

¿En serio iba enfadarse así con ella por no habérselo contado antes?
¿Realmente iba a perder todo lo que habían empezado a construir por Aitor?

Ni de coña se dijo a sí mismo.

Volviendo sobre sus pasos, rezó que María no se hubiese ido.

Al llegar a la esquina de la cafetería, vio por la ventana que seguía exactamente en el mismo sitio. Estaba completamente abstraída mirando su taza de café.

Menos mal pensó.

Dejando de lado todo, incluido su orgullo, entró a buscarla y cuando llegó a su lado y vio cómo ella levantaba la mirada al verle, lo único que se le ocurrió hacer fue besarla.

Mientras sentía el calor de sus labios, notó que ella estaba llorando.

"Tienes que solucionar esto", es lo único en lo que lograba pensar. No soportaba verla llorar.

- Lo siento amor fue lo primero que le dijo María, con la voz entrecortada, intentando contener las lágrimas.
- Yo también lo siento, no debería haberme ido así, pero... respiró hondo, seguía dolido. Solo quiero, que de ahora en adelante, confíes en mí, le suplicó limpiando las lágrimas que corrían por su cara.
- Confío en ti, créeme le respondió María abrazándolo.

María

- Escúchame pequeña, te prometo, escúchame atentamente le repitió Drake mientras se abrazaban, que voy a encontrar la solución.

Estaba intentando dejar de llorar, pero los minutos que Drake había tardado en volver a buscarla, para ella habían sido eternos, en su cabeza no había dejado de pensar en que por algo así, por no explicarle lo que había pasado con Aitor al momento, podría haberle perdido.

Tenía claro que jamás volvería a cometer ese error. No permitiría que nadie ajeno a ellos estropease lo que tenían.

- Sé que la encontraremos le dijo cuándo se sentaron.

Drake estaba maquinando algo, lo veía en sus ojos y cuando estaba a punto de preguntarle qué se le estaba pasando por la mente, él se adelantó.

- Tengo que hablar con Aitor, ahora - dijo su chico con tono de absoluta convicción.

Drake

Había dejado a María en su casa, prometiéndole volver a buscarla después.

No sabía si finalmente dormirían en casa de sus padres o en la suya, lo que sí tenía claro es que esa noche nada en el mundo podría hacer que se separase de ella.

Pero era el momento de hablar con Aitor, se culpabilizó por no haberlo hecho antes. Pero mejor tarde que nunca.

Cuando abrió la puerta de su piso, vio que Aitor estaba en su habitación, con la música tan alta, qué seguramente podría oírse desde la calle. Así que, obviando este detalle, que le hizo irritarse aún más, llamó a la puerta.

- ¿Qué pasa, tío? Le dijo este al verle.
- ¿Podemos hablar? preguntó intentando controlar su enfado.

La cara que puso su amigo le dejó entrever que él también tenía claro que ese momento iba a llegar.

Llévame a la luna y abrázame en el caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora