Capítulo 49 - El final

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María y Drake

Desde que se enteraron que el bebé que estaban esperando era una niña, las semanas empezaron a pasar increíblemente deprisa.

En un abrir y cerrar de ojos, la pequeña tripa de María, se había convertido en una preciosa barriga de embarazada y mientras Drake la contemplaba esa noche, no podía evitar sonreír. Ante sus ojos, tenía a la mujer que le había robado el corazón y aunque jamás había pensado que su vida sería así, había ido descubriendo día a día, desde que ella había llegado a su lado, que tenerla, era lo que realmente le hacía feliz.

María, sin ser consciente de que Drake la estaba mirando embobado, se estaba quejando frente al espejo, estaba completamente enfurruñada.

- ¿En qué momento me he convertido en un muñeco de nieve? Se dijo a sí misma en voz alta frunciendo el ceño.

- Pero si estás preciosa pequeña, le respondió Drake riéndose al escucharla.

Le encantaba cuando se ponía así.

- No me mientas amor, le contestó ella suspirando...

María quería creerle, pero en el último mes, su cuerpo había crecido a niveles desorbitados y aunque sabía que era lo normal, estando embarazada de casi 8 meses, le estaba costando acostumbrarse a verse así de grande.

- A mí me sigues volviendo loco, pequeña.

Sólo Drake podía conseguir que su humor cambiase en una fracción de segundo.

- Demuéstramelo, le pidió mirándole directamente a sus increíbles ojos azules.

Las ganas que tenía de él, eran de las pocas cosas que no habían cambiado ni un ápice durante el embarazo, es más, cada vez que le tenía cerca, era ella la que no se podía controlar.

- No vamos a llegar a tiempo... le respondió Drake con una sonrisa juguetona, acercándose a su lado.

Eso María lo tenía claro, no sabía porque, pero cada vez que tenían que salir, terminaban llegando tarde.

- El mundo ya está acostumbrado amor, así que, tendrán que esperarnos, le respondió empezando a acariciarle.

Drake

María estaba preciosa, más que nunca, y si haciéndole el amor podía conseguir que se lo empezase a creer, él no se iba a negar, la deseaba tanto, que perderse en ella, siempre era un placer.

- Bésame, le pidió de forma autoritaria.

- A tus órdenes, la respondió mirándola a los labios.

Dejándose llevar una vez más, la empezó a desnudar despacio.

Sus bocas, que ya se conocían, encajaban en cada beso a la perfección y sus cuerpos que ya eran uno, vibraban al unísono por el deseo mutuo que sentían.

Estaban conectados y en cada movimiento, perdiendo el aliento, sentía que se demostraban lo que con palabras no eran capaces de expresar.

- Drake... le susurró María, llegando a la cima entre sus brazos. Eres mío.

- Soy tuyo pequeña, la respondió, acelerando el ritmo.

Sólo tuyo, pensó al terminar. Sólo tuyo y de nadie más.

María

- Deberíamos empezar a vestirnos amor.

Le hubiera encantado quedarse acurrucado con Drake en la cama hasta la mañana siguiente, pero no podían faltar a la cena de esa noche, teniendo en cuenta que él era el anfitrión, ya que celebraban el nacimiento de Troya, su nueva empresa.

Llévame a la luna y abrázame en el caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora