Capítulo 33 - Vulnerable

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María

Qué difícil es abrir el corazón y confiarle a una persona nuestros miedos.

Vulnerable, así se sentía.

Hace más de dos años había empezado diciendo...

Esa frase se perdió en el aire.

Por más que lo intentaba, no sabía cómo continuar, se había quedado bloqueada, no conseguía hilar las palabras y expresar en voz alta sus recuerdos.

María y Drake

Drake se mantuvo en silencio mientras caminaban, sabía que María necesitaba un momento, así que simplemente esperó, sin soltarle la mano, a que encontrase el valor para continuar.

- Antes de contarte lo que pasó en Edimburgo... le dijo cogiendo aire. Quiero que sepas que la ansiedad, siempre ha sido mi peor enemigo y que cuando decidí irme, pensé que también podría huir de ella, huir de lo que soy, pero aprendí, no de la mejor forma, que las cosas no funcionan así.

Drake le apretó con fuerza la mano. Sabía que para ella no era fácil hablar de lo que suponía en su vida la ansiedad.

Con la certeza de que el hombre que tenía al lado no la juzgaría por ser tal y como era, María consiguió empezar.

- Cuando llegue a Escocia, tenía mi cabeza llena de expectativas e ilusiones. Mi plan era vivir allí un año, aprender inglés y volver más fuerte, más independiente. En casa, no conseguía encontrarme, no sabía dónde estaba mi lugar y pensé que un tiempo fuera, podría ser la solución.

No lo fue, pensó antes de poder seguir hablando.

- Mis padres, aunque no estaban convencidos de que me fuera, me apoyaron y Sara y Lola también lo hicieron, pero Pedro, que intuyó desde el primero momento que la idea que yo tenía en la cabeza, no era una buena opción, fue el que peor lo llevó.

Al nombrar a su hermano, vio como Drake relajaba el gesto, aunque su sonrisa había desaparecido desde que María había empezado a hablar.

- Las primeras semanas fueron exactamente lo que había imaginado. Pero todo empezó a cambiar en cuanto empezaron las clases.

La familia con la que convivía, me empezó a dejar claro para qué estaba allí, no querían una Au Pair, querían una criada.

María

Que idiota fui se dijo a sí misma.

-Me levantaba cada mañana con una lista infinita de tareas por hacer, desde limpiar uno a uno los azulejos del suelo del patio, hasta tener que cocinar platos tan elaborados que parecía que estábamos en un restaurante de cinco tenedores añadió con " riéndose" con ironía.

- Tranquila, pequeña le dijo Drake al escuchar el tono que había usado.

Su chico supo ver, que, si hablaba de ello con ironía, es porque no soportaba rememorarlo de otra manera.

Asintiendo, continuó, ahora que había encontrado la forma de contárselo, necesitaba seguir haciéndolo.

- La primera vez que sentí cómo volvía a invadirme la ansiedad, fue la mañana en la que me prohibieron desayunar con ellos porque la cena de la noche anterior no había estado a la altura de sus expectativas. Llegué a mis clases destrozada, culpabilizándome. Pero sus desprecios solo acababan de empezar, cada vez que hacía un movimiento que no les convencía, tenía que escuchar cómo me repetían, una y otra vez que no servía para nada.

Llévame a la luna y abrázame en el caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora