Capítulo 28 - Home Sweet Home

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Drake

Después de asimilar que en unas semanas estaría paseando por Roma con María, se armó de valor para darle su regalo.

Con la emoción de descubrir que se iban de viaje, no había pensado en cómo decírselo, así que tendría que improvisar.

Se acercó al cajón de su mesilla y cogió el pequeño paquete envuelto en papel plateado, lo había dejado allí guardado antes de irse.

María estaba justo detrás, mirándole con curiosidad.

- Todo tuyo, pequeña - le dijo - poniéndole el paquetito en las manos.

Es el momento pensó para sí mismo.

María

Se sentía en una nube, nada podía compararse a la felicidad que había sentido al ver que había acertado con su regalo, pero ahora era el momento de descubrir que había pensado Drake para ella.

Siempre había tenido claro que el verdadero regalo no está dentro del paquete, sino en las manos de quien lo entrega, así que sabía que fuese lo que fuese, solo por venir de él, le iba a encantar.

Drake había puesto en sus manos un pequeño paquete, perfectamente envuelto.

Al desenvolverlo, descubrió que dentro había una pequeña cajita.

Cuando levantó la mirada, en busca de sus ojos cristalinos, notó que su chico estaba más nervioso que nunca, tanto, que no podía ni mirarla.

Así que, en un impulso, como si nada, le dijo:

- No me digas qué me vas a pedir que me case contigo amor.

¿En qué momento se le había ocurrido decir eso?

Él no era el único que estaba nervioso.

En ese momento, Drake la miró y se echó a reír, pero no dijo nada. Estaba esperando, pacientemente, a que ella descubriese lo que había en la caja.

Al abrirla, vio que dentro había un llavero de madera, era precioso, con una frase grabada:

"Home, Sweet, Home"

Al sacarlo, para verlo mejor, Drake se acercó a su lado y acariciándole la mejilla, le dijo:

- Siento decepcionarte pequeña, pero hoy no voy a pedirte que te casas conmigo.

Y antes de que pudiera decirle algo más, él añadió sonriendo:

- Pero este llavero, si es una propuesta...

Tengo que estar soñando pensó mientras escuchaba atentamente las palabras que le estaba diciendo el hombre al que adoraba.

Drake

Ahora o nunca. Díselo.

- ¿Te gustaría vivir conmigo? Le hizo la pregunta sin titubear. Llevaba semanas queriendo decírselo.

La respuesta de María tardó menos de un segundo en llegar, no le dijo ni media palabra, pero le abrazó tan fuerte que hizo que los dos cayeran sobre la cama.

- ¿Eso es un sí? Le preguntó sonriendo, mientras la abrazaba. Necesitaba oírlo.

- Sí, yes, oui y en todos los idiomas del mundo ¡Sí! - le respondió María un segundo antes de besarle.

Tenía que explicárselo todo, contarle que habían quedado con la propietaria al día siguiente para, si finalmente María decía que sí, firmar el contrato.

Y lo había dicho. Le había dicho que sí.

La espera ha merecido la pena pensó mientras la besaba.

Pero el resto de explicaciones, tendrían que esperar, ahora mismo, lo único en lo que pensaba era en besar a María hasta la próxima Navidad.

Llévame a la luna y abrázame en el caosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora