•Se que es pronto pero, me agrada que estes aquí.
Harry sonrió y caminó hasta Louis, colocó sus manos en la cintura del más bajo y sus ojos verdes brillaron.
—Creo que me he despertado para nada —murmuró Louis, sus pequeñas manos fueron a parar encima de las de Harry.
—Duerme de nuevo —murmuró el ojiverde.
—¿Quieres venir conmigo? —preguntó Louis, ladeo su cabeza y acarició el dorso de la mano de Harry. El rizado negó levemente.
—Me quedare aquí.
Louis asintió y sonrió con complicidad cuando Harry apretó su gluteo con una de sus grandes manos. Se acercó hasta el oído de Louis y mordió despacio su oreja.
—Sirve que también piensas un poco sobre qué es lo que quieres por tu alma.
Louis tragó saliva y volvió a asentir.
—Está bien.
[...]
Louis cerró la puerta de su habitación despacio y miró unos segundos su cama. La verdad era que estaba acostumbrado a despertar temprano y no le apetecía volverse a dormir. Y menos con todas las cosas que le habían pasado en esos dos días. Tenía mucho que pensar y necesitaba relajar un poco su mente así que decidió mejor tomar un baño.
Encendió la luz y abrió la llave para llenar la bañera mientras buscaba su jabón de espuma favorito. Cuando lo encontró puso dos tapaderas dentro del agua y observó como las burbujas comenzaban a formarse.
Comenzó a desvestirse con cuidado y doblo la ropa para ponerla encima de la tapa del retrete. Saco su fleco de encima de sus ojos y se miró unos momentos en el espejo. Louis era tan bonito, con finas facciones, tan delgadito y bronceado. Se mordió el labio y decidió entrar a la ducha. Cerró la llave del agua y metio con cuidado un pie primero para sentir la temperatura del agua. Estaba tibia y rica, metió su otro pie y se sentó dejando que las burbujas lo cubrieran hasta el cuello. Cerró los ojos y suspiró.
¿Qué pediría a cambio de su alma? ¿Qué era lo suficientemente bueno pedir a cambio de su dulce y bondadosa alma? Nada le llegaba. ¿Y si pedía dinero infinito? ¿Inmortalidad? ¿Ser el rey del mundo? ¿Un gran empresario? La verdad es que creía que lo tenía todo. Claro, todo menos un bonito amor. Pero vamos, ¿quién cambia su alma por amor? Soltó un pequeño bufido e hizo una mueca. Tenía dinero suficiente para vivir, le gustaba la calma de su departamento, la calma de su vida, le gustaba tener a su mejor amigo, simplemente le gustaba lo que tenía. No había duda de que había sido un idiota al soltar aquellas palabras solamente porque sí.
Pronto sintió unos dedos acariciando parte de su pierna que estaba fuera del agua recargada en la orilla del marmol blanco, abrió sus ojos y se encontró con Harry.
-—Eres muy suave —murmuró el ojiverde mientras pasaba sus llemas por la pierna de Louis. El ojiazul parpadeó. Él estaba desnudo allí dentro y Harry, Harry podría verlo, y... Casi quiso jadear. Lentamente metió su pierna al agua y Harry lo miró a los ojos.
—Déjame ayudarte bonito —murmuró. Louis ni siquiera dijo algo, solo observó como Harry se sentó en el marmol justo a su lado.
Tomó la esponja y comenzó a pasarla por su hombro con suavidad. Louis se incorporo con cuidado y le dio la espalda para que Harry pudiera seguir por allí. Harry tayó los brazos de Louis y también su cuello, metio la esponja al agua, la exprimió y luego siguió tallando.
—Harry... —murmuró Louis, mirando la pequeña vela aromatica que tenía en una de las esquinas de la bañera.
—Hm.
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Dónde pasa él, pasa el fuego | Larry Stylinson
FanfictionLuego de que Louis aceptara vender su alma por accidente al Diablo, lo último que imaginó fue que éste se apareciera delante suyo luciendo como un joven de rizos perfectos y preciosos ojos verdes.