•También siento que eres para mí.
De camino a casa todo estuvo muy silencioso en el taxi que Louis había decidido tomar pues sería un martirio ir en transporte publico con tantas bolsas. A pesar de no decir alguna palabra sus manos estaban entrelazadas y la cabeza de Louis estaba recostada en el hombro de Harry.
El ojiverde era un lío de pensamientos. Estaba seguro que quería que Louis fuera solo suyo, de otra manera no habría sentido esos "celos". Él celoso. Sí, había sentido celos antes, pero no esa clase de celos.
O sea, era el Diablo, claro que sentiría celos y envidia en distintas ocasiones, era su maldita naturaleza. Como cuando Barba le regaló a Gemma su guadaña tan brillante y filosa. Obviamente tuvo celos de su hermana y de la preferencia de Barba por ella. Aunque Barba le dio algo mejor luego, un trinche (o tridente) con el que podía controlar olas de fuego allá en el infierno donde reinaban las llamas. También cuando celó tanto al Ángel Gabriel que Barba lo reprendió levemente diciendo que "él los quería a todos por igual" solo porque el ángel le había tejido a Barba una corona de flores y él la había aceptado muy sonriente elogiando el trabajo de su ángel. El punto era que los celos que sintió del chico ese Luke, eran distintos. Era tener ganas de chasquear los dedos y hacerlo desaparecer para que dejara de mirar a Louis en la forma que lo hacía. Era tener ganas de tomar a Louis en un abrazo y gritar "mío". Era sentir su estómago revolverse y sentir la bilis en la garganta.
Estaba seguro de que Louis era la persona que Gemma decía que alguna vez iba a encontrar. Era la persona a la que querría proteger de todo mal y hasta de él mismo. De otra forma, no se sentiría de la forma que lo estaba haciendo. Un ser como él, con tanto poder lleno de maldad, ¿sintiendose confundido por una pequeña criatura mortal a la que se estaba acostumbrando mucho y sentía angustia de solo pensar en perderlo? Definitivamente tenía que ser Louis y definitivamente Harry tenía que aclarar su mente.
Suspiró y mordió su labio mirando por la ventana del coche. Desde mucho tiempo antes sabía que él no tenía nada bueno, alguien que fue creado para corromper y hacer el mal definitivamente no podía tener algo bueno. A la mierda con Gemma y su "dentro de todo lo malo hay algo bueno". Él sabía que iba a perder a Louis. Y estaba comenzando a sentirse mal por eso.
[...]
Una vez dentro del departamento de Louis Harry dejo las bolsas de las compras en el sofá y observó como Louis hacía su camino hasta la cocina. Fue detrás de él y lo miró tomar agua durante unos segundos.
Tan pequeñito y tierno. ¿Qué demonios le hacía pensar que lo merecía? ¿Por qué sentía que podría tener a Louis junto a él? ¿Por qué pensaba que sería capaz de mantener algo tan bueno a su lado? Seguramente Barba se reía de él allá arriba. De él y su estúpida ingenuidad. Barba jamás arriesgaría la bella inocencia de una persona como Louis, no lo arrojaría así como así al pozo de los leones, Louis no merecía pasar por lo brazos de Harry y eso él lo sabía también muy bien. Era tan bueno y puro. Ahora se estaba sintiendo culpable por haberle hecho creer que de verdad había una posibilidad de quedarse con él, porque Harry sentía el cariño de Louis y realmente le agradaba. Veía la esperanza en los ojos de Louis y se sentía mal porque pronto iba a fallarle, iba a decepcionarlo.
¿Por qué de pronto estaba tan angustiado? ¿Por qué de pronto le importaba lo que Louis sintiera? Jamás lo había sentido, no por otra persona que no fuera el mismo. A excepción de Gemma. Pero, Louis... Era algo distinto y, y le estaba incomodando sentirse tan idiota y confundido. Era tan inexperto.
Se sentó en la barra pensativo. Las cosas estaban yendo por un camino serio y no sabía qué pensar. Necesitaba relajarse un poco.
Louis terminó su vaso de agua y observó a Harry sentarse en un taburete de la barra un poco absorto de la realidad. Estaba muy cállado y se preguntó si todavia seguía celoso de Luke, hizo una mueca y se acercó.
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Dónde pasa él, pasa el fuego | Larry Stylinson
FanfictionLuego de que Louis aceptara vender su alma por accidente al Diablo, lo último que imaginó fue que éste se apareciera delante suyo luciendo como un joven de rizos perfectos y preciosos ojos verdes.