Capítulo 10

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•¿Cómo es esto? Se siente extraño.

Las horas pasaron y Harry aún seguía mirando el techo sintiendo las suaves respiraciones de Louis contra su cuerpo. Harry lo seguía abrazando y realmente no quería que el sol saliera por el horizonte. Se sentía tan bien que quería que fuera eterno.

Sintió a Louis removerse mientras trataba de, en muy suaves movimientos, buscar un poco más de calor. Harry lo cubrió con la sábana hasta el cuello y miró el ventanal del balcón que había olvidado cerrar. Se dio cuenta de que todo el frío se colaba por allí. Suspiró.

—No lo tenía pensado así, pero no parece tan malo eh —una voz familiar llegó a sus oídos. Busco entre la oscuridad de la habitación con una media sonrisa en sus labios.

—¿Gemma? —preguntó bajito. Su hermosa hermana salió de las sombras con una preciosa sonrisa. Su gran tunica cubriendole desde los hombros hasta los pies. Se detuvo al pie de la cama.

—Hola hermanito —cruzó los brazos—. ¿Cómo la estás pasando aquí arriba?

Harry sonrió. Ahora entendía que no era la ventana abierta la causa del frío.

—Hey —la saludó—. Pues lo que ves es lo que hay. Creyendome un buen mortal, que chiste ah —ambos rieron bajito.

—Date un poco de crédito. Lucen tan tiernos, tomare una foto y se la mostrare a Vah*.

Vah; Jehova (Barba, Dios)

Harry volvió a reír y miró a Louis unos segundos. Seguía durmiendo cual ángel.

Volvió a ver a Gemma—. ¿Cómo están las cosas allí abajo? —quería saber de su hogar. Lo extrañaba un poco.

Gemma hizo un gesto vago con su mano—. Por ahora puedo controlarlos. Un eufórico grito y todos guardan silencio.

Harry negó con diversión—. Pobres, deben estar extrañandome mucho —ella asintió—. Y bueno, ¿qué te trae por aquí?

—Oh bueno —dio algunos cuantos pasos—. Sabes que como toda hermana, tengo instintos. Y un día llego de visita con unas cuantas almas que presentarte y me encuentro a Elmes sentado en tu lugar diciendo que tuviste que subir. Y sí, me dio igual al principio. Ya sabes, siempre has sido un vagabundo que anda explorando el mundo a todas horas —Gemma lo señalo y Harry rió un poco—. Espere por un rato pero cuando menos lo noté habían pasado dos días y tú no volvías. Obviamente me preocupe.

El rizado hizo una mueca.

—Sí... Las cosas tomaron, rumbos distintos una vez estuve aquí.

Gemma alzó una ceja, mirando con más atención a Louis.

—Y... ¿Cuál es, el problema? —preguntó un poco más seria.

El ojiverde miró en otra dirección.

—Pues... Ya ves como están las cosas.

Gemma apretó sus rosados labios y ladeo la cabeza.

—¿Entonces es él? —preguntó. Harry volvió a verla. Sin embargo no respondió—. Tú, ¿tú estás seguro?

Harry bufó.

—No lo sé. Yo, supongo, no sé.

La joven suavizo su gesto y sonrió de lado nuevamente.

—Quizá es la persona que el destino ha puesto para ti, Harry.

Harry fijo su mirada en Louis. Tan bonito como siempre, desde el primer instante que lo vio lo encontró muy lindo. No iba a negarlo.

Dónde pasa él, pasa el fuego | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora