¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
IV ☆ ESPECIAL
O60. SAKUMO HATAKE, MI PADRE.
☣,
—así que desertaste. ¿fue duro? —Sakumo se atrevió a preguntar, viendo a su hijo. había crecido tanto.
—¿duro? —Kakashi susurró, desconcertado. luego, sonrió mientras retrocedía—, ah, papá. fue todo una mierda. créeme. ha sido duro. —asintió cambiando el peso de la espada.
sakumo gruñó, mientras forcejeaba perdiendo fuerza, y decidió retirarse.
su hijo se veía obviamente diferente. sin embargo, cuándo sakumo pensaba en diferente, no se refería a físicamente. era simplemente su... espíritu. Kakashi tenía vibras simplemente distintas, y casi enloquecidas y rotas.
tanto que asustó a Sakumo.
esquivó una serie de ataques de parte de Kakashi. parecía más fuerte pero... sus ojeras, su porte... no estaba bien.
de repente, Sakumo se arrepintió de haberse suicidado.
¡si tan solo...!
—Kakashi —Sakumo pronunció—, no me queda demasiado tiempo. puedo sentir mi cabeza burbujeando incómodamente en alguna especie de llamado.
—es el maldito de Kabuto. —kakashi gruñó.
esa rara presión en su cabeza, incomodó a Sakumo. nunca había sido considerado cobarde, hasta que se suicidó. en contra de cualquier juicio anterior, el colmillo blanco no era cobarde. sabía que había una plática pendiente y quería aclararla, incluso si había una sensación de náuseas y malestar de por medio. —No se quién sea kabuto, pero...
—papá. —kakashi lo interrumpió, dando unos pasos atrás.
sus ojos, notó Sakumo. un ojo negro grisáceo de pupila pequeña cómo lo recuerda. esos ojos egocéntricos pero cariñosos que siempre fueron la razón de porque sakumo continuó viviendo hasta que...
ya no había más de esos ojos. ni siquiera eran sus dos ojos iguales, notó. había este raro ojo rojo, un Sharingan, en su ojo izquierdo, con una potente cicatriz que parecía hipnotizar a cualquiera. el Sharingan del clan Uchiha tenía la pupila grande. sus ojos eran desiguales, sin embargo, había algo muy obvio y terrible que si coincidía entre esos dos ojos:
la locura que reflejaban.
lo roto que parecían. lo enloquecidos que se veían.
