Las Crónicas de Akina: Viaje entre dos Mundos.

Capitulo 8

—𝘍𝘶𝘴𝘪𝘰́𝘯 𝘥𝘦 𝘦𝘭𝘦𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴.

Luego de haber leído todos los libros que necesitaba, ya tenía toda la información procesada, la guerra, Neverland, los elementos, la energía, y demás, Sam y Math no parecían querer ponerse de acuerdo, y Aqua estaba demasiado inquieto, así que lo mas sensato sería irme, salí de la habitación dando un portazo, para que se aseguren de que me fui.

—A veces llegan al extremo...—Dije, abriendo la puerta de mi habitación, sentándome en la cama, mirando el techo, di un suspiro pesado, que estaba lleno de alivio, no había tenido ni un descanso desde que llegué, solo quería pegar el ojo.

Estaba a punto de dormir, ya es tarde, Cerré los ojos, despertando en un lugar totalmente oscuro, estaba nuevamente aquí. Akífene me veía furiosa, como si le hubiera molestado algo que hice, ya había entendido, tenía que aprovechar para matarla ¿Verdad? ella levantó una mano, y comenzó a regañarme como si fuera su hija, ya estaba grande para esto, sin embargo, la escuché, sin hacer ningún ruido o responder.

—¿Que te había dicho, Akina? Debes matarla, no importa el momento.

—Es que ella... no es mala por voluntad propia, la verdadera culpable es Cyrce...

—¿Cyrce? Esa mujer ya está mas que muerta.

—¿Cómo lo sabes? ¿La conoces?

—¡Cyrce fue mi compañera en la academia, Akina! Esa mujer fue atrapada y se unió a la iglesia, pero... ¡Lanzó un hechizo malvado para acabar con la familia Murphy! lo hizo con malas intenciones... lo se, pero esa mujer ya murió,Terra aún tiene el hechizo, no hay nada que pueda salvarla, debe morir, aunque TU no quieras.

—¡No es que yo no quiera matarla!

—¿¡Entonces qué es!?

—Es que... Ya perdieron a toda su familia ¿no hay forma de que ella se rinda y se rompa el hechizo?

—Si una Bruja muere, El hechizo ya no puede ser deshecho, no hay escapatoria. ¿es por ellos, verdad?

—Quisiera que los cuatro pudieran, vivir tranquilos ¿Sabes? que estén felices, que olviden lo malo y Terra pueda tener paz...—Dije, con la voz temblorosa.

—¡Deja de compadecerte! ¡Esa mujer ya es malvada!

Me haló la oreja, estaba quejándose, no me quedó mas que disculparme, y asentí con tristeza ¿Realmente mi única meta era Salir de aquí, o había algo mas que me atormentara? me desperté con ojeras, ver a Akífene era bastante cansado, me froté los ojos, ya era de día, así que me levanté y cambié de atuendo, pensaba en recapacitar todo lo que hablé con ella, me dirigí a ver a Meiko, pregunté por ella a todos, pero algunos no sabían y cuando le pregunté a Fénix, mencionó que estaba en el campo de entrenamiento, me cubrí la boca, lo había olvidado por completo. un collar para ella, me dirigí a mi habitación apresurada, rebusqué en la caja de madera, odiaba tanto desorden, así que pronto arreglaría todo esto, me encontré con un Collar azul cían, el color favorito de Meiko, me lo llevé, necesito saber que hacen algunos de los collares neutros, pero aún así funcionará. 

salí nuevamente de la habitación, llegando al campo de entrenamiento, encontrándome una escena bastante tierna, Dos jóvenes sentados en el campo de entrenamiento, dos ya bastante conocidos, al menos para mi. Ice y Meiko estaban sentados charlando. como gente civilizada, al parecer Ice estaba entrenando, y Meiko se entrometió, o eso parecía, aunque realmente fuera al revés a causa de que Meiko estaba aquí primero, al parecer Ice llego poco después de que la vieran aquí, la sonrisa amable de Ice ya no parecía tan... ¿falsa? simplemente ahora se notaba mas sincera. Meiko lo estaba viendo de una forma bastante sería, aunque de vez en cuando soltaba una sonrisa.