Capitulo 23

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—Calma...

Un día soleado, lleno de alegría, los pájaros cantaban y todo era tranquilo, sin embargo, esa tranquilidad me llenaba de nervios, sentía que algo andaba mal, claro, hasta que Alice apareció detrás de mi.—¿Que estás haciendo, Akina?

—¡Ah!—Me exalté al ver su rostro sobre mi hombro en el reflejo de la ventana, me giré rápidamente, encontrándome con su cálida sonrisa, hizo un gesto con la mano zurda, y habló con serenidad—Te noto un tanto nerviosa, no te preocupes, nos encontramos en la paz antes de la tormenta, hoy no pasará nada... mañana tampoco.

—¿Y pasado mañana?

—Pasado mañana... uh, si no salen del palacio, estarán a salvo por lo menos hasta que Terra se aburra y Angélica sepa como salir del infierno... pero hoy? hoy el día está tranquilo, solo tengan cuidado con los cambia formas...

—¿Los qué?

—Cambia formas, son un tipo de demonio, uno que deambula por el mundo humano, generalmente, o también se camuflan en lugares mágicos como Neverland, tal vez se esfumaron un tiempo, pero de ciertos días para acá, se han visto casos... aunque Neverland... ah, olvidalo, estamos a salvo.—Me quedé boquiabierta, Akífene siguió hablando, pero yo estaba distraída, pensaba en que... jamás había visto otra parte de Neverland mas allá de este palacio o... el castillo en ruinas, cuando mucho el valle de los elfos—Akífene ¿puedo pasear hoy?

—¿Acaso eres mi hija? Has lo que te plazca, no tienes que pedirme permiso.

—¡Idiota, no estoy pidiendo permiso, quiero saber si no me atacará un bicho raro hoy!—escuché una carcajada por su parte, me enojé un poco, pero no dije nada mas y me di media vuelta, Alice quiso decir algo, pero me negué a oírlo cubriendo mis oídos, que tonta.

—Dios... ¿como pueden aguantarla todos los días?

[******]

Entré a la cocina, con una entrada triunfal inigualable, Vannessa estaba preparando una bolsa de tela, me acerqué con rapidez, y hablé primero—¡¿Que haces?!—Pude notar su leve susto, no gritó, ni nada, pero se estremeció un momento

—Me preparo para ir al mercado del pueblo, nos estamos quedando sin provisiones...

—¿Pueblo? ¿En Neverland hay pueblos?

—Solo uno bastante grande, ahí habitan criaturas muy variadas, tengo una amiga ahí, pero es un poco.... ¿como tú?

—¿A qué te refieres?

—Un poco... Antipática, Asocial, distante, directa... y en ocasiones...—Se aclaró la garganta, yo estaba perpleja viendo a una chica tan amable describirme así—También es algo dramática, siento que si no fuera por el físico, serían iguales

—¡No soy dramática, nunca he perdido el control con algo o exagerado!

—Akina... lo estás haciendo ahora molestándote por algo como esto... en fin ¿quieres acompañarme o te quedarás aquí?—a regañadientes acepté, ambas salimos de la cocina y nos encontramos con Mathew en el camino, su único gesto fue una mirada denigrante,y pasó de largo—Ness... espera aquí, por favor ¿si?

—¡Claro!—Seguí a Math con la esperanza de no perderle de vista, pero por desgracia, así fue, de pronto me sentí extraña, escuchaba pasos aunque no había nadie cerca de mi, y luego, una voz

—Espero que no me encuentre aquí...—No me pregunté en ese momento como podía percibir sonidos tan lejanos, la voz de Mathew proveniente de la biblioteca me llamó la atención, y la seguí hasta dar con el.—¡Mathew!

Las Crónicas de Akina: Viaje entre dos Mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora