Un día, Akina enciende su teléfono, solo para quedar inconsciente y despertar en una cueva extraña, con una mujer misteriosa.
Una mujer cuya apariencia es fuera de lo común, al igual que su actitud, Debe acabar con el mal, pero ¿Cómo una simple much...
La aprobación es algo que todos buscamos... Pero... ¿Qué tan mal podría estar quererla todo el tiempo?
El palacio estaba casi vacío, el silencio recorría los pasillos, las únicas personas dentro no eran más que Fénix y Aqua, los únicos dos, que no salían cuando nadie estaba, su deber era proteger, cuidar... Si algo salía mal... Todo iba a ser su culpa.
Mi vista se posó en las vidrieras de la sala del trono.. Los ojos azules y cristalinos en la imagen, no representaban lo que de verdad sentía, Decepción de mi mismo.
“¿Por qué nos vemos tan felices si no lo somos?” me pregunté... Pero, el único inconforme con su vida, era yo, o eso creía mi mente egoísta.
—¿De verdad... Cómo pueden... Verse tan... Genuinos?—Me alejé de esa sala, con la cabeza gacha, un suspiro de soledad salió de mí, después de ese momento... Me dispuse a buscar la alegría de mamá, pero ella no apreciaba demasiado mis esfuerzos... “¿Ser el más fuerte?" Me pregunté...
—¡Mamá! ¡Yo mismo derroté a un dragón!—Mi yo de niño buscaba con total desesperación la aprobación de mamá, pero ella solo pasó su mano por mi mejilla, y con voz amable, me reprendió.
—Mi niño, no recurras a la violencia... Este lugar... Lo creé con la intención de poder tener la armonía que mis hijos humanos no lograron conseguir...—En ese momento, me enojé, y pisoteé contra el suelo de adoquín, solo deseaba que me felicitara... Tiempo después, en mi adolescencia... Me pregunté: “¿Siendo el más listo? ¿Aunque no sea mi fuerte?” Eso, claramente no iba a funcionar para mí, de mi familia, no era precisamente el más inteligente...
“¿Nuevas técnicas?” pensé... Practiqué, y practiqué, después de todo, no recurría a la violencia con solo entrenar.—¡Ma'! ¡Completé mi pergamino! ¿Puedo hacer otro más? ¡Quisiera ser el más...!
—No seas avaricioso, Aqua, la ambición a veces es buena, pero... Hay una delgada línea entre deseos y anhelos, a simple ganas de poder.—Hablar con mi madre, era igual que hablar con una estatua, aunque, sabía que nos amaba a todos, sus ideales no eran los mejores, y su manera de preferir la armonía general antes que la de su familia, me hacía pensar... “¿Por qué está haciendo todo mal?” en mi habitación, simplemente me encogí en mi mismo mientras tenía un libro al que ni atención prestaba, con un montón de dudas en la cabeza.
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[Año 1422, Aqua]
La mente es un almacén de memorias, La luz verde que recuerdas, se volverá roja algún día.
Cómo cualquier día, irrumpí en la biblioteca, dónde siempre estaba Akina, era de las pocas personas que aceptaban mis hazañas, o cosas así, pero hoy estaba diferente...—¡Akina, Akina! ¡Hoy hice...!
