Había pasado una semana exactamente desde el "suceso" en el Burger King.
Ese lugar era mi hamburguesería favorita, lastima que ahora, cada vez que fuera, esa imagen se me viniera a la cabeza.
No me molestó el hecho de que era Edward, sino que lo hizo con esa zorra.
Estaba claro que él y yo no éramos nada, pero era como si la historia se volviera a repetir.
No mentiré, se sintió feo.
Y, también, algo que estaba más que claro, era que no me enrrollaría con él.
Porque no me quedaba con nada que esa puta hubiera tenido, era un daño para mi ego. Por eso terminé con el imbécil de Leonardo.
Pero... había un problema.
Sí, el puto video.
Tendría que robárselo...
—¿Me escuchaste?
Di un respingo por la voz lejana a mis pensamientos.
—¿Eh?
—Que si llevas todo —Henry rodó los ojos.
—Ah... —eché un vistazo rápido a mi mochila —. Sip, está todo.
—¿Protector solar?
—¿Para qué cojones voy a necesitar un protector solar?
—Ey, vamos a otra ciudad y a otro colegio.
—Y... —lo invité a seguir.
—No quiero que tu piel se queme, porque, madre santa Enid, eres más blanca que la leche.
—No soy tan blanca —le empujé el hombro cuando tres personas se me vinieron a la cabeza —, actúas como si fueras mi papá.
—¿Llevas chaqueta? —preguntó ignorando mi comentario.
—En el tal "Royal School", no hace frío, Henry.
—Pero debes llevarla.
—No voy a llevarla, rebice y ahí hace un calor del demonio, será genial un poco de sol.
—La llevarás.
—No.
—Sí.
—Que no.
—Que sí.
—¡Joder, que no!
—¡Joder, que sí!
—¡QUE NO!
—¡QUE SÍ!
—¡Niños, niños, calménse! —entró papá a la habitación.
Henry y yo nos miramos mal antes de mirarlo a él.
—¿Y ahora cuál es el problema? —preguntó tocándose el puente de la nariz.
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Secreto: Oscuro Y Perverso
RandomUn psicópata y una chica normal, ¿qué podría salir mal?