| Capítulo 23 |

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No tengo palabras para describir todo lo que pasó en los últimos tres días

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No tengo palabras para describir todo lo que pasó en los últimos tres días.

Empezaré de lo menos a los más loco.

Un día antes de la presentación en el recital, Bens llamó, diciendo que una de sus chicas había enfermado y que me necesitaba para reemplazarla.

Le habría dicho que no, de no ser porque, ¿qué más podía hacer? ¿Dejarlo a su suerte? Yo no era así, y en ese momento él me necesitaba.

Me necesitaba...

Todos me necesitaban en el momento más inoportuno, y yo no dudaba en ayudarlos, porque así me había críado, para ayudar a los que me necesitacen...

Pero ese no fue el problema, el problema fue que, mi QUERIDO maestro, dijo que también necesitaba un bajista, porque la chica hacía de ambos en su postergada presentación.

Hubiera querido que Holly no estuviera presente al momento de la llamada, hubiera querido que no pronunciara el nombre de su hermano mayor al maestro Bens, hubiera querido que el muy... no hubiera aceptado que el chico fuera el bajista que me acompañaría, hubiera querido poder decir que no cuando me invitó a su casa a "avisarle" a Caleb sobre el tema, a lo que él no se negó al verme en la habitación de su hermana.

Se fue dos años a estudiar música a Europa, tenía talento, mucho, demasiado, tanto, que varias chicas en la presentación lo miraban con la boca abierta viendo cómo él hacía magia con sus dedos en el bajo.

Uuu... en el bajo.

Henry no se vió muy contento con la aparición del castaño, no le agradaba, y me sentía mal porque yo era la causante de su disgusto hacia Caleb.

Era cierto eso, dicen que tenía una obsesión conmigo, yo no lo llamaría así, más bien... no, sí era eso. Me lo encontraba en todos lados, siempre sentía su mirada clavada en mí.

Acoso.

He lidiado con eso, por casi toda mi vida, mis ojos tienen mucho que ver.

Las personas se me quedan viendo mucho más de lo que se considera éticamente necesario.

Me incomodan... me hacen sentir... insegura.

Pero con Caleb no fue así, él me observaba con adoración, como si yo fuera la cosa más interesante del mundo.

Pese a que no hablamos mucho en los camerinos antes de salir al escenario, me dejó muy en claro que nos veríamos muy pronto.

Y... ¡a la gente le gustó!

Nunca olvidaré cómo se levantaron a corear la canción conmigo.

Me sentí bien, me sentí... aceptada.

Otra cosa, y, enfatizo la sorpresa, fue cuando mis ojos se conectaron con unos oscuros en primera fila.

Era él.

Secreto: Oscuro Y PerversoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora