Los siguientes días no quiso volver, bueno, también porque recibió un mensaje de su jefa diciendo que se tomara unos días de fiesta, que estaba al tanto de lo que había pasado.
No sabía que significaba eso, pero le aliviaba el saber que no estaba despedida.
Lo que si sentía era un malestar por lo que había hecho y se regañaba mentalmente. No podía haber metido mas la pata. Ella triste porque le había dejado su novia y ella tirando la única foto que tenía de ellas dos juntas.
Dejó de pensar en eso e intentó concentrarse en otra cosa.
Se acercaba la navidad, lo que significaba que debería empezar a subir las cosas de navidad del trastero. Así que en ese momento, planeó pasar la mañana subiendo y montando esos adornos.
Lo que no esperaba era recibir un mensaje una vez acabado de hacer el árbol.
Número desconocido
Hola, Chiara. Soy Violeta.
Quería pedirte perdón por gritarte y echarte de mi casa el otro día.
También quería darte las gracias por limpiarme un poco la casa.
Decirte esto por mensaje me parece un poco frío ¿podrías venir otra vez a casa?
Yo
Holaa
No, lo siento yo, invadí tu privacidad y no tuve en cuenta que te iba a molestar.
Y, si, con gusto iré a tu casa.
Ah y no te preocupes, no fue molestia.
Por cierto, ¿Cómo has conseguido mi número?
Violeta
Luego hablamos
okey
Mi madre me lo dio.
Hablaron un rato más, concretaron una hora y se despidieron.
Cuando Chiara apagó el móvil, se dio cuenta que llevaba todo el rato con una sonrisa boba en la cara. Además, que el malestar que llevaba desde que le había roto el marco había desaparecido por completo.
En cuanto llegó la hora, se puso el mismo abrigo que tenía el anterior día y caminó hasta la casa de Violeta.
Pero, antes, se pasó por una tienda y compró un marco.
En cuanto llegó, pico al piso.
— ¿Si? — la voz robótica de Violeta sonó a través del aparato.
— Yo.
El sonido de la puerta le indicó que ya podía pasar y subió los pisos hasta su casa. Y esta vez, la puerta estaba abierta, lo que hizo que pasara.
Violeta se encontraba en el sofá, viendo la tele como el otro día pero, esta vez, cuando apareció la pelinegra por el comedor, apagó la tele.
— Hola — sonrió Chiara como de costumbre.
— Hola. — respondió fríamente.
Las dos se quedaron en silencio, hasta que la pelinegra empezó a hablar.
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My Darling
FanfictionVioleta había pasado una época muy mala. Chiara necesitaba dinero. Violeta es el imán de Chiara. Y Chiara es la luz de Violeta