Capítulo 13

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En cuanto quedaron madre e hija a solas, el silencio se hizo un poco incómodo.

Se encontraban una delante de la otra, mirándose a los ojos. La señora Hódar con una sonrisa y la pelirroja con los brazos cruzados y no muy buena cara.

— ¿Me vas a decir ya lo que te pasa? 

La reportera se tumbó en el sofá y puso la manta sobre ella, tratando de no darle importancia a que había interrumpido un momento precioso con Chiara.

Su Chiara.

— No me pasa nada.

— Vivi, cariño, te conozco como si te hubiera parido. Que es exactamente lo que hice.

Violeta suspiró y frunció el ceño, enfadada.

— Que no entiendo porqué le has dejado en ese aprieto. A lo mejor no quería. — mintió a medias.

— Si no quería podría haberlo dicho. — eso es porque no la conoces, pensó — Además, a tu padre y a mi nos apetece conocerla un poco más.

— ¿A papá también? — su voz llena de ironía sonó peor de lo que pensaba.

 — Si, a él también. —rodó los ojos y cuando volvió a mirar a su hija, los entrecerró — Pero esto va más allá. 

Y en ese momento no supo que decir. 

Su madre la había calado.

Así que intentó cambiar de tema.

— Oye y ¿Cuándo pensabais decirme que Denna se va a casar con Alex? 

Ni se inmutó. 

Su madre, bueno, prácticamente nadie de la familia sabía el desliz que había tenido Violeta con Denna. Era un secreto entre ellas dos. Algo prohibido que las dos disfrutaban sin preocupaciones. Bueno, hasta que la culpa fue más que el deseo y ya no lo pudieron parar.

Y hasta que pudo deshacer ese nudo con Chiara. 

— ¿Has hablado con Alex? — preguntó, recogiendo algunas prendas que se encontraban en una silla del salón.

— No, con Denna 

La señora Hódar se sorprendió. 

— Tenia entendido que ya no os hablabais desde...

— Ya, pero vino el otro día y me lo contó. — me lo restregó, más bien pensó.

— Ah, bueno, supongo que lo tenía hablado con tu hermano. — restó importancia.

— Entonces...

— Ay, cariño, es algo que tenía que decirte Alex, yo no pintaba nada diciéndotelo. 

— Ya, pero poco más y me entero cuando se divorcian.

Su madre suspiró, normalmente su hija se encontraba de un muy buen humor siempre que la visitaba después de estar con Chiara. Pero ese día parecía de un peor humor. ¿Sería por la pregunta de la comida familiar? No, ella sentía que era por algo más.

Algo derivado del amor.

Y eso le hizo sonreír y tener más ganas de conocer en más profundidad a Chiara.  

A partir de ahí, se pusieron a hablar de otras cosas.

Hasta que su madre se fue.


Quedaba un día para la gala benéfica, la cual se iba a celebrar en el salón de actos del hospital.

Martin y ella llevaban días ayudando a Noemí con los preparativos. Ahora, estaban sentados en las típicas sillas de plástico blanco mientras bebían de una botella de agua que les habían dado antes.

My DarlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora