Capítulo 24

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Ese era la última mañana del último día de Violeta.

Habían planeado ir a una cafetería que estaba en el centro de la plaza para sentarse y hablar. No encontraron mejor plan que ese.

El día anterior, con la resaca, se habían quedado todo el día viendo series y pelis en la cama de la más pequeña. Gastaron un montón de chocolate, palomitas y algún que otro batido de chocolate.

Claro que todo eso acompañado de besos, caricias y algún tonteo subido de tono.

Se encontraban sentadas una en frente de la otra, agarradas de la mano por encima de la mesa mientras que con sus manos libres les daban vueltas a sus respectivos cafés.

Cada una estaba en su mundo, pensando en la otra.

— No quiero que te vayas. — rompió Chiara el silencio con esas palabras llenas de dolor.

— Ya lo hemos hablado, Kiki. — le dio un suave apretón a su mano, haciéndole ver que estaba ahí, con ella, en ese momento — Vamos a centrarnos en el ahora.

— No me digas esas cosas que sabes tan bien como yo que estás igual — Violeta suspiró al escuchar esas palabras — Fucking wedding.

La pelirroja se rio al escuchar lo que había intentado susurrar.

Y es que la boda de su hermano era lo que le estaba provocando volver antes de tiempo. Su madre la había llamado esa mañana diciéndole que necesitaban ayuda para los preparativos. Ella le contestó que estaba en Menorca con Chiara, cosa que hizo a su madre volver loca. Le empezó a decir que le deseara feliz año nuevo de su parte y que esperaba verla pronto para decírselo en persona.

Lo que quería su madre a la pelinegra le estaba empezando a dar hasta miedo. Un día de esos le cambiaba por ella y, no le sorprendía. Claro que en verdad es que le encantaba esa devoción de amor que tenía su madre cuando sabía algo de Chiara.

Sabiendo esa información, su madre aún así insistió en que fuera.

"La familia Hodar tiene que ayudar en todo lo correspondiente a una boda de otro familiar"

Era como un mandamiento que tenía la familia. Y ese significaba uno, que tenía que volver lo antes posible y dos, que no servía que Violeta pagara a una wedding planer.

Así que suspiró y volvió a darle vueltas al líquido marrón, que ya se encontraba un poco frío.

— ¿Y qué vas a hacer estos días? — le preguntó Violeta tratando de hacerle olvidar que horas más tarde se separarían, otra vez.

— Pues I don't know, algún plan con Rusli, pero ni idea — se puso a jugar con los anillos de Violeta, tratando de no pensar.

Se pasaron la mañana en esa cafetería hablando, riéndose y robándose algún beso. Hasta que acabaron el café y decidieron dar una vuelta para después ir a casa a preparar la maleta de Violeta.

Caminaron por las calles de la Ciutadella agarradas de la mano, no querían que ese momento acabara. Sentían que tenían muchas cosas que decirse, pero a la vez, sentían que sus cuerpos ya habían hablado por ellas en el momento en el que una le ha hecho una caricia a la otra o se han besado.

Chiara miró a Violeta y sintió paz.

Violeta miró a Chiara y sintió alegría.

Por eso ninguna de las dos quería separarse. Y por eso Violeta quería pedirle ser su novia. Pero aún no podía, le parecía injusto prometerle un amor eterno teniendo aún una casa llena de recuerdos de su ex.

My DarlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora