Capítulo 4

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Unos días más tarde, Chiara volvió a ir a casa de la pelirroja.

No había ido antes no porque no pudiera, si no porque necesitaba alejarse un poco de ella. No quería que le volviese a tratar mal. Además, echaba un poco de menos tocar sus canciones en la vía pública. Con el dinero que le habían adelantado los señores Hódar ya tenía la mayoría de las deudas con el banco pagadas, así que eso simplemente lo hacía por vocación.

Con el chico del ascensor, Cris, había estado hablando todos esos días. Ella lo hacía en plan amigos, pero tenía la sensación de que él lo hacía por algo más. Pero no estaba muy segura, su intuición a veces fallaba y su autoestima estaba bastante baja.

La puerta de casa de Violeta estaba abierta, así que entró gritando un 'Hola'.

— En el comedor — contestó ella.

Una vez allí, se encontró con su jefa de pie con los brazos cruzados y a Violeta en la misma posición de siempre.

— Buenas tardes, señora Hódar. — saludó de manera cortés y sonrió.

—Hola, Chiara. Le estaba diciendo a mi hija que está todo muy limpio. Muchas gracias, no tenías que molestarte.

— No era molestia. Además, Violeta me ha estado ayudando.

Se giró a mirarla, pero ella estaba mas pendiente a la manta que tenía por encima. Rodó los ojos, ya estaba otra vez ignorándola.

— Bueno, yo me voy. Pasadlo bien, chicas — dicho esto, salió de casa, dejando un silencio un poco incómodo en el salón.

— He pensado que podemos ir al cine — Chiara habló, intentando que la pelirroja la mirara.

— No me gusta.

— Pueees ¿A dar un paseo?

— Tampoco.

En ese momento si que se estaba empezando a enfadar. Y era algo que no le gustaba hacer, ni sentir.

— ¿Pues qué quieres hacer?

— Nada

— ¿Te pasa algo?

— No

— Argh, mira, paso. Cuando tengas un momento en el que no seas borde, me llamas. Puedo entender que estés mal y que todo te de igual, pero no lo pagues conmigo porque lo único que he hecho desde que te conozco ha sido ayudarte.

Se dio la vuelta, dispuesta a marcharse, pero en cuanto llegó a la puerta, le agarró del brazo.

— Lo siento, es que se acerca Navidad y para mi son unas fechas muy difíciles. No quería que te sintieras mal, pero de verdad que no me apetece salir de casa.

Chiara la miró a los ojos y en estos pudo ver el arrepentimiento.

— Esta bien — suspiro y volvió a la sonrisa de siempre — Pues ¿Qué quieres hacer aquí en casa?

—Podemos jugar a las cartas, al monopoly, ver una peli...

Los ojos de Chiara se iluminaron y la pelirroja decidió que eso harían.

Quedaron en que mientras la pelinegra bajaba al super de la esquina para comprar palomitas, ella elegiría la película. En cuanto volvió pilló un bol para las palomitas, se tumbaron en el sofá y Violeta le dio al play.

Lo que Chiara no sabía era que esa peli era de terror. Las odiaba. Lo pasaba fatal, así que se pasó toda la peli tapada con la manta, viendo por encima de esta. Violeta lo estaba pasando genial, no por la peli, si no porque le hacía mucha gracia que la medio inglesa saltara y pegara un gritito cada vez que había un susto. En uno de esos, le dio un golpe al bol de palomitas y todas estas cayeron al suelo y Chiara se volvió a asustar por el golpe del bol.

My DarlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora