Capítulo 15

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Los siguientes días, ninguna de las dos supo nada de la otra, aunque se pensaban mutuamente a cada rato.

Violeta abrió su decima cerveza cuando tocaron el timbre. Arrastró sus pies junto a la manta que llevaba encima y abrió la puerta, sin importarle sus pintas.

Detrás de esta, Martin y Juanjo la miraban de  manera muy distinta. La mirada de Martin era de sorpresa, mientras que la de su novio era frívola. Juanjo quiso irse, pero el moreno le agarró del brazo.

—  Hola Violeta ¿Podemos hablar contigo?

Sin decir nada, Violeta entro en casa dejando la puerta abierta, invitándoles a pasar. Caminaron detrás de ella hasta el salón, donde se tumbó en el sofá, dandole un trago a la lata.

— Decid lo que queráis e iros. — es lo único que dijo.

— Por dios, esto está hecho un asco.

Violeta levantó una ceja detrás de sus gafas de sol e hizo caso omiso a lo que había dicho Juanjo.

Le jodió la "cita" con Chiara y encima viene a su casa a insultarla, tenía suerte que estaba tan baja de ánimos porque si no, le hubiera echado de su casa con el ojo morado.

A ver, que también fue culpa suya por no decírselo a Chiara, pero ese tampoco era ni el momento ni el lugar.

— Juanjo — le reprendió Martin, para después mirar a la pelirroja — Queríamos pedirte perdón por haberte expuesto así a Chiara.

— Si, eso. — apoyó Juanjo, no muy convencido.

La pelirroja se quedó en silencio y dio un último sorbo a la cerveza.

— Da igual, acepto vuestras disculpas. Pero Chiara sigue enfadada conmigo y eso no lo puedo cambiar.

Martín se sentó al lado de ella.

— Chiara es incapaz de enfadarse. Te lo digo yo que me encanta molestarla.

— ¿Entonces porque no me ha dicho nada? — su voz tristona hizo que Juanjo ablandara la mirada. Nunca había visto a su ex amiga así. Ni siquiera cuando peleaba con ella y pasaban días sin hablar.

— Chiara no sabe gestionar las emociones y menos las negativas. — le miró con comprensión — te diría que le dieras tiempo, pero creo que deberías hablar ya con ella.

Le puso una mano en el hombro y Violeta suspiró. Tenía ganas de verla, pero tenía miedo de volver a cagarla y ya no volverse a hablar. Aunque claro, es lo que estaba pasando ahora.

— ¿Dónde cojones está mi antigua amiga? — dijo Juanjo de repente — Antes ni lo pensabas cuando querías recuperar a alguien que te importaba y eso me hacía admirarte. Ahora mírate, ahogando tus penas en alcohol a las putas doce de la mañana sin siquiera intentarlo o pensar en intentarlo. — se cruzo de brazos — Un día me dijiste cual era la diferencia entre intentarlo y rendirse antes de hacerlo con una mierda de libreta. Así que no, me acabo de arrepentir de pedirte perdón. Perdón te tendrías que pedir a ti misma por ser tan mierdas.

— ¡Juanjo! — le reprochó Martin con el ceño fruncido.

— Es la verdad —dijo abriendo los brazos — Aunque me jode, porque Chiara es un puto ser de luz y sigo pensando que le vas a joder la vida. Vi como te miraba y te juro que puede arreglarse si dejaras de lamentarte. Hala, ya está, ya lo he soltado. Que agusto, coño.

Violeta se quedó mirando un punto sin decir nada. Juanjo tenía razón, tenía que dejar de ser tan mierdas.

— Tienes razón. Voy a buscar a Chiara y a decirle que la quiero.

My DarlingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora