𝐗𝐕𝐈𝐈 ⛧

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𝐒𝐄 𝐒𝐀𝐁𝐄 𝐌𝐄𝐉𝐎𝐑 𝐋𝐀𝐒 𝐈𝐋𝐔𝐒𝐓𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐌𝐔𝐓𝐔𝐒 𝐋𝐈𝐁𝐄𝐑 𝐐𝐔𝐄 𝐄𝐋 𝐏𝐀𝐓𝐑𝐎́𝐍 𝐃𝐄 𝐒𝐔𝐒 𝐏𝐑𝐎𝐏𝐈𝐎𝐒 𝐎𝐉𝐎𝐒

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No sabe cuándo fue la última vez que se miró en un espejo.

Las cartas firmadas con el Sc de Escandio se acumulan en su puerta, Inanna se enrosca en su cuello y las escamas suaves y húmedas de la serpiente se deslizan hasta su sien, deja que su espalda descanse recostando su cuello y gruñendo suavemente de cansancio, cuando abre sus ojos parduzcos, la vela se consume y su cuarto se queda a oscuras. No necesita levantar un dedo para simplemente suspender una llama delante de su cabeza que le ilumina los rasgos delgados.

-Hola, Ed.

Las armaduras de cristal que custodian el pasillo de hacia su habitación giran las cabezas y se inclinan hasta la figura de Edmund, que camina con la cabeza de un enorme reno macho, agarrado por la cornamenta, lleno de salpicaduras de sangre y arañazos. Tiene el cabello rubio empapado. A pesar de haber salido a cazar a la nieve sin nada que cubriera su espalda, su piel parece conservar bien el calor. Al fin y al cabo, eso fue lo que quiso Madre de él. Hierro deja la cabeza de reno sobre su mesa, y las vísceras nerviosas del interior aún pulsan. El frío lo ha mantenido fresco.

-Otro más... ¿Eh?

-Ya es el quinto este mes. Djavül.

-¿Qué eran?

-Creo que era un clan de Fundadores.

Djavül no se ríe de Edmund por respeto. Pero hace ademán con un carraspeo de su garganta. Edmund lo fulmina con la mirada.

-Tiene gracia que tú lo digas.

-Tú fuiste el primero que no la creyó cuando lo dijo.

Djavül no quería discutir por su hermano, y menos por un nombre que había dejado de pronunciarse en casa. Ya nadie la llamaba por su nombre. Era solo Gal, Argón. Nunca su nombre completo. Sólo Samantha la llamaba así, pero Samantha se había ido hacía cosa de un par de semanas a Rumanía, y probablemente no iba a volver en mucho tiempo.

-Gal decía ver muchas cosas.

Ahora ya no dice ninguna, y el silencio que eso ha dejado en la casa engulle en un halo sepulcral los pasillos y habitaciones que se acercan al cuarto donde duerme la menor de las Khyandóttir. Djavül acaricia los cuernos del reno profanado y le pide a Edmund con la mirada que lo aparte de su mesa. Edmund asiente y comienza a separar los cuernos del cráneo con un cuchillo, Djavül probablemente lo necesitaría, y seguramente el cráneo también.

-Crees que son amenazas vacías, ¿verdad?

Djavül suspira. Edmund probablemente ya sabe lo que piensa.

-No creo que sea solo una provocación. Creo que es más una advertencia. Les encanta jugar a los simbolismos. Están matando a los animales de nuestra casa como una especie de... En fin, no sé qué películas tendrán en la cabeza. Ningún fundador ha tenido jamás más de dos dedos de frente. Creo que es la endogamia.

Djavül y Edmund se ríen cuando dicen esa última parte a la vez.

-¿No hay gente en el mundo con la que fornicar que no tenga el mismo código genético?

-Con la cantidad de bastardos que engendran, alomejor no. O eso o las mujeres son feas y los hombres no están dotados.

Djavül rueda los ojos ante su propia broma y se incorpora en su silla para enarcar una ceja, tomar el cuerno de reno entre sus manos y añadir:

𝐒𝐢𝐥𝐯𝐞𝐫 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐥𝐢𝐧𝐞 ⚜ 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐨𝐥𝐢𝐤 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 𝐱 𝐎𝐜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora