𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈 ⚜

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𝐌𝐀𝐑𝐈𝐄 𝐎𝐃𝐈𝐀𝐁𝐀 𝐅𝐀𝐋𝐋𝐀𝐑 𝐀 𝐋𝐀 𝐍𝐎𝐕𝐄𝐍𝐀 𝐑𝐄𝐏𝐄𝐓𝐈𝐂𝐈𝐎́𝐍

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La octava era un logro, la décima era otro logro. La novena era insuficiente. Lo mirase por dónde lo mirase.

Deja caer las pesas de cinco kilos de sus manos y estas caen al suelo con un ruido seco. Suspira cuando por fin puede colocar las piernas en una posición normal, sintiendo sus cuádriceps arder del dolor producido por tres sets de diez, ocho y nueve repeticiones de búlgaras.

"-Annelise jamás podrá apreciar la armonía de un cuerpo sano como tú, Antares no es suficiente. Si vas a ser esgrimista, te estás metiendo en un fango elitista y exclusivo para los hombres desde su inicio. Espero que sepas lo mucho que se te va a criticar y que estés lista para ello. Si vas a ser esgrimista, tienes que ser la mejor."

Suspira de nuevo y hunde los labios en el borde de la botella de agua gélida y siente un escalofrío recorrer el interior de sus piernas cuando una gota de sudor se desliza sobre su vientre. Sus ojos están borrosos, tanto que apenas es capaz de enfocar a Laito cuando este se acerca tranquilamente como un zorro en un maizal. Arruga la nariz, nunca le gustaron los gimnasios. Ni los hospitales. No le gustaban los lugares en los que la miseria humana se hacía evidente en comparación con la salud mecánica de un vampiro.
Y por esa lógica su hermana; era la más miserable de todas.

⠀⠀⠀-¿Cómo has entrado?

⠀⠀⠀-Espero que no te creas esa mentira de que un vampiro solo puede pasar si le invitan. Simplemente he pasado.

Marie asiente y lleva las pesas a su sitio en caso de que alguien más quisiera usarlas, se echa la toalla de microfibra sobre la piel sudorosa y se atusa la trenza rubia y sucia deshecha. Tiene las mejillas encendidas, la respiración agitada y las manos temblorosas. Los pequeños cabellos dorados nuevos se rizan en sus sienes escapándose del patrón de la trenza francesa. Probablemente Laito era la única persona que jamás la vería en un estado tan "miserable" y "sucio". Sabía tantas cosas de ella que Laito de vez en cuando casi agradecía cuando Marie aparecía un día despeinada, o sin pendientes en las orejas, o sin crema solar, brillo labial de mora, colonia cara y máscara de pestañas transparente en el bolso con tal de ofrecer ese ideal ridículo de perfección inalcanzable y que todo el mundo parecía creer.

⠀⠀⠀-¿Y mi hermana?

Los ojos de Laito se oscurecen, y su voz cantarina se torna sombría.

⠀⠀⠀-No despierta. Ayer vino un doctor a ponerle una vía intravenosa. Tú estabas dormida. Akira fue quien atendió al doctor, asumió que tú estabas...

⠀⠀⠀-Si la ves hoy, dile que muchas gracias. Yo no pienso salir de aquí hasta por lo menos una hora y media más...

Laito pone la mayor cara de desconcierto que Marie hubiera visto jamás. Si estuvieran jugando al póker, Laito habría quedado endeudado por el resto de sus reencarnaciones. Alza una de sus cejas cobrizas y se ríe nerviosamente mirando a su alrededor como si alguien le hubiera gastado una broma, o como si le estuvieran grabando para un reality show de la televisión estúpido. Marie tampoco entiende nada.

⠀⠀⠀-¿Qué pasa?

⠀⠀⠀-¿No te has enterado?

𝐒𝐢𝐥𝐯𝐞𝐫 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐥𝐢𝐧𝐞 ⚜ 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐨𝐥𝐢𝐤 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 𝐱 𝐎𝐜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora