𝐗𝐕𝐈 ⚜

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Fingir ser alguien que uno no era, era algo que Marie llevaba haciendo mucho tiempo. Tanto es así que muy pocas veces podía saber qué personalidad adoptar cuando se quedaba sola. Cuando no había nadie para mirar su actuación.

A veces había buscado la soledad para tratar de analizarse, hacerse preguntas a sí misma, asegurarse de que lo poco verdadero que quedase de ella; no se desdibujase, o se olvidase en los confines de su propia sonrisa falsa. Quería asegurarse de que la máscara que había adoptado tantos años atrás, no la había devorado a ella también.

«Si un árbol cae en un bosque y nadie está cerca para oírlo, ¿hace algún sonido?»

Había dicho una vez su hermana; y Alexander, se había zambullido en el problema filosófico como un niño pequeño en una tienda de golosinas, analizando la premisa desde cada punto de vista que se le ocurría, ofreciendo argumentos y explicaciones que incluso ella tuvo que aguantarse las ganas de pedir que repitiera más despacio.

Habría deseado que no le hicieran preguntas al respecto.

Porque si bien sabía perfectamente qué esperaba cada uno que respondiera, ambas respuestas no concordaban; por un lado, Annelise esperaba que lo analizase hasta un punto en que la pregunta sonase estúpida, hasta que pareciera una pérdida de tiempo y una floritura filosófica limitada a meros tecnicismos sobre la vibración sónica o la percepción del ruido como sonido.
Alexander probablemente esperaba de ella que mostrase la profundidad filosófica de un dedal.

Quizá si no hubieran preguntado, no habría decepcionado a ninguno de los dos.

⠀⠀⠀——Las cosas ocurren independientemente de que estemos ahí para percibirlas. Sí, suena. Cosas así ocurren constantemente. Es presuntuoso asumir que algo solo ocurre cuando lo percibimos.

Annelise cerró la boca y Alexander entornó los ojos, y Marie rezó porque Akira volviera pronto con las bebidas al salón.

⠀⠀⠀——Bohr afirmó que no importa cuánto se intente, no se puede probar que la luna exista si no estamos ahí para mirarla. —Siguió Alexander, y ella maldijo interiormente. Estaba tan ocupada pensando en una forma de responderle, que ni siquiera le estaba escuchando. —Mi punto es… Que no podemos dar por verdadero algo que ni siquiera cuenta con un medio para manifestarse.

Y la conversación podía haberse quedado ahí.

Y efectivamente, ahí se quedó. Marie le miró, identificando esa pregunta como un intento de sondeo, cuadró los hombros y le dio la respuesta más insustancial posible.

⠀⠀⠀——Tienes razón.

No tenía razón. Al menos Marie deseaba que no la tuviese. Aunque fuera una pregunta tan ambigua como era el caso del gato de Schrödinger, y aunque jamás nadie podría tener razón acerca del valor de 0 más allá de la simple separación positiva de la negativa; aquella maldita pregunta filosófica del árbol reducía su propia persona a cenizas. A menos que cenizas. A nada.

“Si nadie estaba ahí para mirarla, para interactuar con ella, con esa falsa personalidad que ella generaba… ¿Ella existía cuando se quedaba sola?”

El silencio en su cabeza cuando no había nadie alrededor, le daba la razón a Alexander. Cuando por fin podía quedarse sola con sus pensamientos, éstos no la contestaban. Hablaba sola, y nadie la oía, entonces; no hablaba. La oscuridad, la nada la engullía y buscaba de nuevo desesperadamente hablar con alguien para sentir que volvía a existir.

Marie necesitaba a los demás para existir. Necesitaba que alguien la mirase, porque ella misma no existía por su cuenta.

⠀⠀⠀——¿En qué piensas? —La voz de Karura iluminó su cabeza con sonido, como una bombilla en una habitación sin ventanas.

𝐒𝐢𝐥𝐯𝐞𝐫 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐥𝐢𝐧𝐞 ⚜ 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐨𝐥𝐢𝐤 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 𝐱 𝐎𝐜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora