𝐒𝐢𝐥𝐯𝐞𝐫 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐥𝐢𝐧𝐞 ⚜ 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐨𝐥𝐢𝐤 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 𝐱 𝐎𝐜

𝐗𝐕𝐈𝐈𝐈 ⚜

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La clave para un engaño como ese era estar tan cómoda con la mentira hasta que ella misma la creyera real.

Esa era la cuestión. Marie ni siquiera se miró al espejo cuando entró peinada y enjoyada a la habitación de Beatrix para burlar el hechizo del tocador. Sacudió su cabeza y tomó una pequeña respiración.
Esa era la habitación de Beatrix. Era su habitación ahora.

⠀⠀⠀——No te digas a tí misma que eres ella.  ——Se había repetido cada noche. ——Piensa cómo Shu cada vez pasa menos tiempo despierto, y cómo Reiji se aisla en la biblioteca.

"Cordelia se ha quedado embarazada. Eso no debería amenazar la posición de Shu" "Si se pasa el día jugando todos mis sacrificios habrán sido en vano" "Si tan solo mostrase la misma dedicación en la cuestión política, la historia y la estrategia en vez que en ese violín..." "Comentan que Christa ha llegado a la mayoría de edad... Me pregunto si esa chiquilla llegará a heredar algo"

Pensamientos que Beatrix pudo haber tenido entre esas cuatro paredes.
Lo último que tenía que hacer era tratar las cosas con excesivo cuidado.

Llevaba varias noches durmiendo en esa cama, vistiendo sus vestidos buscando árboles genealógicos, estudiando todo lo que recordaba del comportamiento de Reiji y Shu para tratar de reproducir a la persona causante de esos comportamientos.

No es Marie White tratando de ser otra persona, es Beatrix Sakamaki urdiendo un plan para que el trono no fuera arrebatado de Shu cuando naciera el primer hijo de Cordelia.

"No todo está perdido, quizá sea una niña" "Fácilmente puedo apelar a la tradición para que una niña no herede el trono, por mucha sangre de demonio que tenga corriendo por sus venas" "Seré la primera en felicitarla si es una niña" "Shu está sano, es noble y fuerte. Es perezoso pero su carácter puede enderezarse con el tiempo. Superar a Shu será difícil"

Poco a poco, los colores de la mentira se mezclan con los de la verdad hasta que Marie puede bailar con tranquilidad en una y en otra.

Repitió ese proceso día y noche durante cinco días.

Los tres primeros, Marie ni siquiera se acercó a abrir el tocador, pero lo observaba distraída para actuar de forma automática una vez lo tuviera delante de ella.
No había cerradura, solo un pequeño cajón con un pomo. Uno que Karura había tratado de abrir y no había podido.

El cuarto día, se aseguró de bostezar, de cruzar las piernas, de quitarse los zapatos, soltarse el pelo y cepillarlo sentada en la cama, lavarse los dientes, maquillarse, colocarse las joyas y bordar. Y cuando se cansó de bordar, se dió un baño largo y extenso y se paseó desnuda por la habitación. Se desenredó el pelo, se arregló las uñas, se perfumó las clavículas y se vistió de verde esmeralda.

Deseó tener los ojos verdes y claros de Cordelia, intensos y seductores. Asomarían tras sus pestañas rubias mucho mejor que los azules. Deseó tener la actitud de Cordelia con los hombres, ¿Es que acaso solo se fijaban en las putas que flirtean con cada persona que ven? Cordelia se ha acostado con el hermano de Karl. Richter. Está segura.

Al quinto día, el cajón se abrió.

⠀⠀⠀--¿Qué...? ⠀--Una densa nube de polvo le ensució los pulmones cuando abrió la compuerta por primera vez en lo que parecían haber sido años.
No quería mirar el espejo. Porque si lo hacía, lo último que quería era arriesgarse a perder los dedos si se cerraba de repente con sus manos dentro
Y definitivamente no iba a arriesgarse, cerró los ojos para tratar de pensar en una forma con la que vaciar el cajón.

⠀⠀⠀--A ver... Tiene que haber algo que pueda... Usar o...

Contuvo un grito de emoción cuando se dió cuenta de que ahora que el cajón estaba abierto, podía atascar los raíles con las agujas, o mejor... Sacarlo entero. Ojalá estuviera Karura para sujetar el pomo del jodido tocador.
Se pregunta si Annelise habría ido directamente a agarrar lo que hay dentro del cajón o habría desconfiado del mueble. Probablemente habría desconfiado, Annelise es muy lista. Cualquier cosa que se le pueda ocurrir a Marie, Annelise ya lo habría pensado cinco veces.