𝐗𝐈𝐕 ⚜

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𝐎𝐍𝐂𝐄 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐑𝐙𝐎, 𝐒𝐔 𝐒𝐄𝐗𝐓𝐎 𝐅𝐀𝐋𝐒𝐎 𝐂𝐔𝐌𝐏𝐋𝐄𝐀𝐍̃𝐎𝐒
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Con una mirada risueña, Wagner le ofrece el pañuelo orgulloso y sus ojos se iluminan. Chocolate. Chocolate de todas las formas envueltos en papeles metálicos de colores brillantes adornados y diseñados expresamente para las pequeñas piezas de dulces que Wagner ha robado para ella. Chocolate con leche, su comida favorita y también el color de los ojos de Wagner.

⠀⠀⠀—¡Feliz cumpleaños!

Marie aplaude silenciosa y cuenta las piezas de chocolate para repartirlas con Wagner y calcular cómo puede disponer de ellas antes de que se pongan malos de forma que le duren en los bolsillos, debajo de la almohada o debajo de la tablilla de madera suelta que hay en el suelo cercano a su mesilla de noche.

Tiene cien mil lugares donde esconder sus pertenencias y sus tesoros más preciados; desde un pañuelo que le robó a una monja, hasta las tijeras de coser del ama de llaves (Que habían resultado ser tremendamente útiles en las manos habilidosas de Wagner para forzar las cerraduras de los arpones donde las religiosas guardaban el pan y el vino para las misas) un botoncito dorado precioso que se desprendió del uniforme de un oficial durante un desfile, algún que otro libro de filosofía (estratégicamente escondido y hecho pasar por un catecismo) y un lacito de color azul marino que todas las huérfanas intentan arrancar del pelo a Marie en las ocasiones y misas especiales en que se lo pone como una diadema.

⠀⠀⠀—¿De dónde los has robado?

⠀⠀⠀—Adivina.

Marie cumple hoy seis años, pero tiene las picardías de un anciano de ochenta. 

⠀⠀⠀—Los has robado del camión que trae las reservas y el pan por la mañana, porque te has ido esta madrugada sin que nadie te viera, y no has vuelto hasta que llegó el camión. ¿Cómo lo has hecho para que no te descubran los camioneros?

⠀⠀⠀—Me he hecho pasar por un mozo de carga. Un hombre rico que iba con su hija me ha visto, pero ha disimulado. La niña tampoco ha dicho nada.

Wagner tiene ocho años, pero es tan alto que podría pasar por uno de diez, o incluso de once. Desde el día en que Marie llegó al orfanato siendo poco más que un bebé que berreaba y que se reía cuando veía su reflejo en un espejo o los gorriones de la calle, Wagner había estado ahí para tirarle de las orejas, de los ricitos dorados que fueron adornando su cabecita blanca, y para jugar con ella a moros y cristianos con las reglas de madera que utilizaban como espadas.

Pero Marie siempre le tendría envidia a Wagner porque él era alto y ella no, y él tenía un nombre bonito y ella no.

⠀⠀⠀—¿Y para qué quieres un nombre pomposo? Cuanto más fácil sea de pronunciar mejor. El mío tiene una uve doble y se pronuncia raro. Mi nombre parece de marca de coche. Además, es alemán. ¿Tienes idea de lo horrible que es tener un nombre alemán en Francia?

⠀⠀⠀—Y el mío es simple. Parece que me lo han puesto con carrerilla. ¡Hay quince huérfanas aquí que se llaman “Marie”! ¡Tú tienes el nombre de un músico!

⠀⠀⠀—¡Tú tienes nombre de virgen!
Marie frunce el ceño y aprieta los puños, enfadar a Marie es, junto con robar chocolate y asustar a los patos de la huerta, el pasatiempo favorito de Wagner.

⠀⠀⠀—¡No sé lo que es una virgen!

⠀⠀⠀—¡Shhhh! ¡Marie! ¡La próxima vez que oiga tu voz chillona por encima del resto en el rosario, te vas a enterar! ¿Me oyes? El próximo misterio lo vas a rezar tú.

𝐒𝐢𝐥𝐯𝐞𝐫 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐥𝐢𝐧𝐞 ⚜ 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐨𝐥𝐢𝐤 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 𝐱 𝐎𝐜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora