𝐒𝐢𝐥𝐯𝐞𝐫 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐥𝐢𝐧𝐞 ⚜ 𝐃𝐢𝐚𝐛𝐨𝐥𝐢𝐤 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫𝐬 𝐱 𝐎𝐜

𝐕𝐈𝐈⚜

.
.
.
.
⚜

Cuando se despertó, la cama estaba manchada de sangre. De su sangre. La herida de su mano no estaba infectada... pero estaba en carne viva.

El dolor pulsante fue lo que la hizo despertar. Cuando abrió los ojos, sabía que había perdido por lo menos un litro de sangre. Todos los vampiros de la casa se habían congregado alrededor de su cama, todos menos Karura Tsukinami que parecía haber sido el único que no bebió de ella. Y que la miraba como si fuera un cordero a punto de ser festín de buitres.

⠀⠀⠀-Me parece que he roto una vena. Has estado a punto de desangrarte. Deberías agradecerme de que me he dado cuenta a tiempo. -Karl ríe girándose para mirar al resto de clanes, pero estos ni se inmutan.

Cien pares de ojos rojos la escaneaban en búsqueda del más mínimo indicio de debilidad, como si fueran a atacar de nuevo con todas sus fuerzas antes de que ella pudiera volver a desmayarse. Marie traga saliva mientras intenta desafiar con la mirada a cada uno de ellos.

⠀⠀⠀-Te lo preguntaré una vez más. ¿Florete, espada o sable?

⠀⠀⠀-¿Qué me has hecho...?

⠀⠀⠀-Florete, espada o sable. No me hagas repetirme.

Los vampiros empezaron a alejarse de ella, o más bien, de Karlheinz. Sin embargo, Karura dio un paso adelante, y luego otro, hasta que se colocó a su lado con un brillo amenazante. Pero Marie no supo leer hacia quién iba dirigida esa amenaza.

⠀⠀⠀-Sable. -Respondió con un odio venenoso goteando de sus cuerdas vocales.

La lucha con sable era la más agresiva de todas. Y si en su estado actual no podía llegar a la corrección del florete ni a la elegancia de la espada, Marie estaba segura de que tendría una oportunidad frente a la sed de sangre del sable.

Cuando intentó mover los dedos de la mano derecha, estos cayeron contra sus palmas. Sus dedos estaban morados. Sintió ganas de vomitar, la cabeza la dio vueltas y su boca se llenó de saliva, estuvo a punto de vomitar y volver a desmayarse de no ser porque Karura apoyó su palma en su hombro y le dio un firme apretón.

"Si te vuelves a desmayar, no te despertarás. Intenta levantarte ahora o no tendrás otra oportunidad"

No supo si su cabeza había pensado aquello con la voz de Karura o con la suya, pero trató de obedecer. Karlheinz le dio un sable y observó cómo sus dedos faltos de oxígeno, sangre y tendones se agarrotaban inútiles alrededor del mango del sable. La espada cayó al suelo con un sonido metálico.

⠀⠀⠀-¿Oh...? ¿Ni siquiera puedes agarrarlo sin que se te caiga...? Había pensado en retarte a un duelo, pero... ya veo que no será justo si ni siquiera puedes agarrar el arma con la mano...

Marie esperaba el "pero". Por supuesto que la retará a un duelo. De la forma que sea. Si así consigue humillarla, fácilmente podría arrancarle la ropa y hacerla desfilar desnuda por los pasillos de la mansión, y llamaría a sus hijos para que la vieran.

⠀⠀⠀-O aún puedes ganar, supongo que, si consigues esquivar bien y desarmarme, podría considerar dejarte comer después de lo que la sucia putita de tu amiga hizo ayer con mi gente.

Karura se inclinó para tomar el sable del suelo y le quitó un lazo blanco a una de las damas que empujaba para aspirar el aroma dulzón y férrico de la sangre de la humana. Lo deshizo de su peinado, y la mujer permitió pacientemente que su rey le quitara el lazo, con una sumisión que a Marie le dio asco.

Entonces Karura se colocó junto a su cama y comenzó a atar la espada a sus dedos muertos, con varios nudos prietos que le quemaron la piel cada vez que las cintas bajaban hasta la carne. Marie tomó aire hasta llenar los pulmones, soplándolo suavemente sobre la superficie morada de su piel.