Capítulo 40

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???: hola cuanto tiempo ¿no?

La albina quedó paralizada, no recordaba haber visto al hombre, pero algo dentro de ella le decía que no era seguro estar cerca de él.

???: ¿qué pasa? ¿ya no me recuerdas? -interrogó sonriente-

La menor empezó a temblar, estaba aterrada, pero no entendía el porqué.

???: ¿eso es un no? vaya, que rápido te olvidas de tus amigos -dijo con su siempre presente sonrisa-

La chica retrocedió al notar como el hombre avanzaba hacia ella.

???: oh, si que te haz vuelto muy grosera. Agradece que fui yo y no Chisaki el que vino, de haber sido lo contrario hubieras terminado muy mal.

Ese nombre...

La albina estaba aterrada, todo su cuerpo temblaba, sus piernas fallaron y calló al suelo, su respiración se volvió irregular y las lágrimas no se hicieron esperar.

Estaba confundida ¿cómo es que el nombre de una persona que ni recuerda haber conocido la hacía sentir de esa forma?

Quería salir de ahí, pero su cuerpo no respondía, algo dentro de ella no le dejaba siquiera levantar la vista, era una sensación horrible.

???: ah, me vienen tantos buenos recuerdos...

El hombre se había sumergido en sus pensamientos hasta que fue interrumpido por el sonido de una alarma.

???: oh, vaya, ya debo irme -dijo observando su reloj-

El castaño se empezó a alejar de la joven, pero se detuvo un en seco, su sonrisa se ensanchó.

???: pero antes...

Se giró sobre sus pasos y caminó nuevamente en dirección a la albina.

???: espero que esto te ayude a recordar.

El hombre tomó la mano de la albina y dejó en esta un pequeño fragmento de cristal.

???: deberías tener cuidado con lo que dirás a partir de ahora, no querrás que tus hermanos y amigos paguen las consecuencias por tus actos, sé una buena chica ¿si? -dijo acariciando los cabellos de la menor con una sonrisa-

La chica no se dio cuenta cuando el hombre desapareció, estaba sola de nuevo, trató de pensar que todo había sido obra de su imaginación, pero el fragmento de cristal en su mano decía lo contrario.

Enfocó su mirada aún en shock sobre el pequeño trozo de cristal tratando de descifrar porqué el hombre se lo había dado.

Su expresión shockeada se mezcló con dolor cuando sintió una fuerte punzada en su cabeza.

Una ola de recuerdos borrosos la inundaron, en todos podía ver a una chica, pero su rostro se veía a medias.

Sara...

Un sentimiento de culpa, impotencia e ira se apoderó de ella.

Llevó sus manos a su cabeza tratando de detener la tortura mental a la que ella misma se estaba sometiendo.

Sintió sus ojos pesados y como su cuerpo empezaba a ceder. Cerró los ojos rindiéndose ante el cansancio.

La hermana de TodorokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora