Capítulo 22

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Luego de media hora, el albino también quedó dormido junto a su hermana. Pasaron unas 2 horas y la albina despertó, volvió a reincorporarse, pero cuando lo hizo algo llamó su atención, eran esas 2 lápidas en la nieve.

Se acercó a una de las lápidas y tomó el libro que había encima, así pudo leer la inscripción "Touya Todoroki" en eso un recuerdo inundó su mente, era el mismo de antes, sólo que ahora si podía ver el rostro del niño.

Flash back

Lucy: hermanito, tengo mucho frío -dijo mientras temblaba-

Touya: no te preocupes hermanita, acércate -dijo mientras creaba una llama en la palma de su mano- ¿mejor?

Lucy: sí, oye, si papá no te deja entrenar ¿por qué lo haces?

Touya: pues para salvar a todos y para protegerlos a tí a mamá y a nuestros hermanos.

Lucy: ¿y qué hay de papá? ¿no lo protegerás?

Touya: papá no necesita que lo proteja, él es muy fuerte.

(Fin del flash back)

Lucy: (Touya...)

Las lágrimas no se hicieron esperar por parte de la albina y sus sollozos despertaron a su hermano quien se dirigió a ella para consolarla.

Natsuo: tranquila, no llores ¿sí? a él no le hubiera gustado que lo hicieras -dijo mientras limpiaba las lágrimas de la albina- ¿quieres saber lo que le pasó? -preguntó mientras se sentaba en el suelo-

La albina sólo asintió sentándose a un lado del albino.

Natsuo: pues...

El albino le contó todo lo sucedido desde que ella se fue hasta el momento, sobra decir que las lágrimas por parte de la menor no se hicieron esperar.

Natsuo: tranquila ¿si? yo te protegeré en su lugar -dijo abrazando a la albina para consolarla-

Mientras consolaba a la chica, el albino observó el lindo broche, así que decidió soltarse del abrazo y tomarlo.

Natsuo: mira, es lindo ¿no? -dijo y la albina asintió- toma, es tuyo.

La albina lo miró con sorpresa mientras tomaba el broche entre sus manos.

Natsuo: era un regalo para cuando volvieras, y... ya estás aquí ¿no? -dijo con una pequeña sonrisa-

La albina se quedó mirando el broche por unos segundos y de repente abrazó al ojigris. Al momento de separarse le dio una sonrisa que mostraba sus colmillos, pero ya no de manera intimidante, era tierno.

Natsuo: ya está oscureciendo, vamos a casa -dijo y tomó la mano de la albina-

Los albinos emprendieron camino a su casa, la albina iba mirando a todos lados como inspeccionando el lugar.

Mientras caminaban, al albino le surgió una duda.

Natsuo: Lu ¿por qué no hablas?

La albina sólo movió su cabeza de un lado a otro.

Natsuo: ¿qué? ¿no quieres?

La albina volvió a negar.

Natsuo: entonces... ¿no puedes? ¿no puedes hablar?

La albina chasqueó los dedos en señal que había atinado.

Cuando llegaron al pie de la montaña, un hombre iba pasando, al parecer buscaba madera para alguna fogata, los vio y se sorprendió ¿qué hacían dos niños vagando a esas horas? y más con ese clima.

La hermana de TodorokiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora