Perspectiva de Egan
Canción: No me digas Nada, Quevedo.
***Muchísimas gracias a Alana por escribirme y recomendarme esta canción 💕
Veo a mi padre de pie bajo el marco de la puerta y toda mi excitación por Marina se convierte en ira.
—¿Qué haces aquí? —pregunto con el ceño fruncido.
Marina se queda estática sobre el taburete de la cocina, mientras Felipe luce incómodo, sin saber dónde meterse.
—Tú me citaste—contesta mi padre, sin apartar sus ojos de Marina. Esta baja su mirada y creo que ni siquiera respira.
Parece muy asustada y no la culpo. No me extrañaría que mi padre sacará un arma ahora mismo y le disparara entre ceja y ceja.
Hiroki llega apresurado y se coloca junto a Darius.
—Perdona, no pude detenerlo.
—Te dije que nos veríamos en la oficina. Odio que vengas a mi casa sin avisar.
—Y yo odio que no cumplas con tu palabra. Se suponía que la habías matado.
—Yo decidiré como lidiaré con esto. Matarla sería algo muy fácil y rápido, incluso bondadoso, y ella me debe demasiado.
—Supongo que tú la escondiste de mí—habla Darius dirigiéndose a Hiroki—. Siempre cómplices en sus estupideces. Supongo que me darán una explicación, ¿qué rayos hace aquí?
—La mantuve oculta, pero el lugar ya no era seguro. Tuve que traerla devuelta.
—¿Y tú mejor idea fue traerla a esta casa, con Egan aquí?
—Había que actuar rápido y no había otro lugar tan seguro. La volverían a encontrar...
—¿Quién? ¿Quién la volvería a encontrar? —Sus ojos pasan de Hiroki y luego a mí—. Joder...Adivinaré, fue Martín quien la encontró.
—Sí señor, pero ya estoy programando su traslado, no se quedará por mucho tiempo—sentencia mi amigo y yo no fulmino con la mirada.
Creí que habíamos dejado ese tema zanjado. Ella se quedará a mi lado.
—Ella se queda conmigo. —Me coloco en pie cuadrando los hombros.
Mi padre entrecierra sus ojos y comienza a caminar en mi dirección.
—Lárgate basura—dice al pasar junto a Felipe.
Este no responde, solo empuña sus manos y se retira sin decir ni una palabra.
—¿Quién eres? Porque claramente no eres mi hijo, él no es tan idiota. El maldito "León Nikolauo" ... quien diría que se volvería tan jodidamente débil—dice con desprecio.
—No soy débil.
—Fallas y fallas, una y otra vez Egan. No te crie para esto.
—No estoy fallando.
—Tenemos una puta guerra a punto de estallar y tú te distraes con esta niña, que de paso ya te traicionó una vez. Deberías haberla matado.
—Sabes que tengo todo bajo control. He estado trabajando para lidiar con absolutamente todo. Tenemos aliados y Martín va a caer. Todo está saliendo según lo planificado.
—¿Y ella? ¿Esto estaba planificado? Te distraerás del objetivo por esta niña tonta.
—Ella solo es un pasatiempo, una diversión. La voy a destruir, parte por parte—hablo mirando a Marina, quien me observa con dolor.
ESTÁS LEYENDO
El Demonio que Deseo
RomanceSegunda Parte "El Demonio que Odio" ¿Qué será más fuerte, el odio por el fuerte dolor de la traición o la llama del deseo ? Marina ha recuperado su libertad, o eso es lo que parece, porque las garras del demonio aun están en su piel. Él se lo dijo...