Capítulo 45 (2da parte)

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Perspectiva de Egan

Canción: Death of me, Anton Vic



—Habla, ¡ahora! —exijo.

—Si te quitas de encima quizás pueda explicártelo—dice empujando mi cuerpo y acomodándose la camisa—. Tenía que lograr que Martín saliera de su escondite y ella era la carnada perfecta.

—¡Imbécil! —Le lanzo un golpe al rostro.

—Tenía que hacerse—dice mi padre sujetándose el mentón.

Ya no puedo controlarme y me voy contra su cuerpo. Lo llevo a piso lanzándole puños sin control. La seguridad de la clínica es alertada, pero al llegar solo contemplan la escena. Nadie se atreve a tocarme. Mi padre se defiende y nos peleamos como nunca antes lo habíamos hecho.

Ni siquiera me duelen sus golpes, estoy fuera de mi mente. Solo veo un intenso color rojo.

Cuando vamos a destrozar el lugar, Hiroki y Griffin nos separan.

—Egan, entiende, tenía que hacerse. Era la única forma.

—Si la pierdo por tu culpa, estás muerto—amenazo.

—Yo le ofrecí un trato y ella aceptó.

—¡No le dejó otra opción! —grita Hanna.

Estoy tan enfurecido que mi cuerpo tiembla.

—Egan, jamás la puse en peligro. No en un peligro real.

—¡Mentiroso, mentiroso! —vuelve a arremeter Hanna enloquecida—. Esperó el momento preciso. Armo todo este espectáculo para que ella muriera.

—Claro que no.

—Esto lo lleva planeando desde hace mucho—murmura Hiroki.

Mis ojos van hacia él, quien mira a mi padre con desprecio. Lo mira con desprecio por primera vez en su vida.

—Lucas es uno de sus peones. Era imposible que alguien las encontrara. Usted le dijo a Lucas que estaban en la isla. Nadie más tenía como saberlo. ¡Nadie más!

Darius se pasa las manos por el cabello antes de responder.

—Joder, sí, fui yo. Siempre supe dónde estaba y qué hacía. Le dije a Lucas que filtrara la información con los hombres de Martín para que fueran por ella.

Quiero volver a golpearlo, pero Griffin lo cubre y es él quien recibe mis golpes.

Me sorprendo cuando otra persona nos esquiva pasando por nuestro lado y comienza a luchar contra mi padre. Es Hiroki, ahora es él quien lo golpea.

—¡Hanna resultó herida y casi abusan de Marina!

Las cosas se vuelven a descontrolar y todos terminamos más heridos de lo que ya estábamos. La seguridad de la clínica nos amenaza con sacarnos si no detenemos esto.

—Escuchen los dos, yo siempre me aseguré de que estuvieran bien. Le encargué a Patricio protegerlas en la isla. Él las cuidó todo el tiempo.

—¿Patricio? ¿El chef del restaurant? —pregunta Hanna confusa.

—Es un viejo amigo. Siempre estuvieron seguras.

El Demonio que DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora