Perspectiva de Egan.
Canción: Mercy, Shawn Mendes.
Llevamos casi una hora en el auto, una hora en completo silencio. Marina se ha mantenido viendo por la ventana mientras yo tengo mis ojos fijos en la carretera. Me duele verla así y solo piso fuerte el acelerador para poder llegar cuanto antes.
Cuando estamos a solo un kilómetro de la casa, reduzco la velocidad.
—¿Quieres comer algo antes? —pregunto rompiendo el silencio.
—No, solo conversemos y acabemos con esto.
—Vale. —Debo respirar profundo para intentar controlar mi ansiedad.
Ya en la casa, ambos descendemos del vehículo. Cuando voy a caminar hacia la puerta de entrada, veo a Marina dirigirse hacia el mar. Sigo sus pasos sin decir nada.
Tenemos suerte, por la temporada casi no hay personas en la playa. Marina llega hasta la orilla, se quita sus zapatos y deja que el oleaje moje sus pies. Cierra sus ojos y disfruta del momento.
—Marina, necesito que seas sincera conmigo—digo de pie a su lado, mientras ella aún mantiene sus ojos cerrados.
—Seré sincera—concede abriéndolos.
—Necesito saberlo todo, que me cuentes todo y que me quede muy claro. Necesito que me relates los sucesos, que me digas que era lo que realmente sentías, porque todo lo que yo pensaba, lo que yo creía, no era real...
Me mira directamente a los ojos y asiente con su cabeza mordiéndose su labio.
—Te contaré todo, desde el principio.
—Bien. ¿Quieres conversar aquí o dentro de la casa?
—Aquí. —Da unos pasos por la arena para luego sentarse.
La sigo y tomo asiento a su lado. Inhala muy hondo antes de hablar.
—Nunca he sido ingenua, sabía que el mal existe, que es parte de este mundo, pero jamás pensé que yo podría llegar a experimentarlo tan de cerca. Cuando Julia y yo fuimos secuestradas, todo el tiempo creí que vivía una pesadilla. No podía aceptarlo, pensaba que despertaría en cualquier momento, aliviada de que no fuera real.
>Martín me parecía un monstruo, de esos que solo pueden existir en las pesadillas. Cuando Julia y yo intentamos huir... él... él asesinó de una forma horrible a los hombres que nos vigilaban y nos obligó a verlo. La sangre, los gritos, sus suplicas...—Niega con su cabeza cerrando sus ojos.
«Es lo mismo que yo te hice. Yo también te obligué a ver como asesinaba para ganarme tu miedo y poder controlarte. Yo también soy un monstruo de pesadilla»
—Eso fue...estaba aterrada y solo podía pensar en huir. En el dominio fui una tonta, actué de forma desesperada, sin pensar... Yo debí proteger a Julia, ella no tenía que... ella no merecía morir, no ese lugar.
—Eso no fue tu culpa. —No pude evitar interrumpirla al ver todo ese dolor en sus ojos.
—Antes de morir ella me hizo prometer que no me daría por vencida, que lograría escapar de ese lugar, que viviría. Me aferré a esa promesa para sobrevivir—habla con las lágrimas rodando por sus mejillas.
Marina entierra su cabeza entre sus rodillas.
—No tienes que seguir si no quieres. Podemos dejarlo para otro momento— digo apoyando mi mano en su espalda.
—No, quiero contarte todo—susurra sin alzar su cabeza.
Después de unos segundos se vuelve a erguir y se limpia las lágrimas del rostro.
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El Demonio que Deseo
RomanceSegunda Parte "El Demonio que Odio" ¿Qué será más fuerte, el odio por el fuerte dolor de la traición o la llama del deseo ? Marina ha recuperado su libertad, o eso es lo que parece, porque las garras del demonio aun están en su piel. Él se lo dijo...