Capítulo 30

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Perspectiva de Egan.

Canción: Ignorance, Paramore.


Bajo las escaleras junto a Hiroki después de que pasaran horas maquillándonos. Fue una verdadera tortura, pero Hera no nos dejaría en paz si no nos disfrazábamos exactamente como ella quería. Al menos nos dejó escoger nuestro disfraz, pero ella preparó y organizó todo.

—¿Cómo haremos para quitarnos todo esto de la cara? —pregunto hacia Hiroki.

—Deja de tocarte.

—Me pica.

—No sea llorón.

—No lo soy—respondo buscando con mi mirada a Marina.

La veo a pocos pasos de distancia. Creo que mi corazón se paraliza al verla, va vestida como mi mayor fantasía. Sonrío y corro hacia ella como un loco, solo quiero tocarla.

—TODOS CALLADOS Y ESCÓNDASE. YA LLEGA PIPE—grita mi hermana.

Rápidamente cesa la música, apagan las luces y la gente se esconde. Marina ríe y se oculta detrás de una pared. Todo está oscuro y ella está sola. Es la víctima perfecta y aprovecho para abordarla por la espalda.

—Eres mi fantasía—susurro junto a su oído.

Llevo mis manos a su cintura para apegarla a mi cuerpo.

—Creí que te gustaría.

Sonrío encantado de que sea capaz de reconocerme sin siquiera verme.

—No tienes ni puta idea de cuándo me ha gustado. —Comienzo a frotarme sobre ella como un desquiciado.

Noto que se remueve nerviosa y un pequeño gemido escapa de sus labios.

—Quieta, no hagas ruido. No arruines la sorpresa. —Bajo mis manos hacia sus muslos y la acaricio bajo la tela de su falda.

—¿Qué haces? —pregunta con un toque de ansiedad y diversión en su voz.

—Shhh...

Mis manos llegan hasta sus bragas y puedo sentir que ya está mojada.

«Vas a matarme dulce pajarito»

—¡SORPRESA!

Rápidamente retiro mis manos y ajusto su falda cuando las luces se encienden. Entra mi hermano junto a sus amigos. La música vuelve a sonar y Marina se gira para verme.

—Joder, ¿no se suponía que era una fiesta de disfraces? —Sus ojos reflejan asombro, mientras me recorre de arriba a abajo.

—Alex dijo que lo mejor es disfrazarse de uno mismo.

—Eres el demonio más guapo que he visto.

Me mira de una forma que hace que mi corazón quiera salirse de mi pecho.

—Vaya, vaya, con qué tú también conoces a su amor platónico.

Hiroki ha llegado a nuestro lado.

—Otro demonio, no me extraña—le responde Marina.

—Una noche para dejarnos ver por lo que realmente somos.

El Demonio que DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora